jueves, 31 de diciembre de 2009


Otro año que concluye y que gratamente hemos compartido. Quiero agradecer tu compañía, que es lo que da sentido y fundamento a este lindo esfuerzo de mantener el sitio. De nada valdría el tiempo dedicado y la energía insumida si no fuera por tu presencia ahí, del otro lado, seguramente lejos en distancia pero también, mágicamente y por unos momentos, cerca de mí.


Ojalá que este año de amanecer inminente sea el tiempo para la realización de tus sueños y proyectos más valiosos, que la felicidad sea una compañera leal, y que tengas nuevas y hermosas metas por las cuales luchar día a día.

Nos vemos el año que viene.

Felicidades!

jueves, 24 de diciembre de 2009

Regalos de Navidad



Ya es oficial, así que supongo que ahora puedo decirlo. Obtuve el sexto lugar en género Cuento de la Convocatoria de Escritores 2009, organizada por el Fondo Editorial Rionegrino. Por lo mismo, entré a la antología que publicará el Fondo el año entrante. Demás está decir la alegría y el orgullo que me representa este logro, siendo el único cipoleño entre los premiados. La lista completa de ganadores se puede ver en ésta página.

Quiero aprovechar el momento, considerando lo especial de la fecha, para hacerte llegar mis mejores deseos. Que esta celebración del Nacimiento pueda significarnos un comienzo, renacer, recomenzar. A lo mejor abandonar algo malo, o incluso rescatar algo bueno que perdimos o dejamos ir. Reinventarnos. Rectificar el rumbo. Siempre en la compañía de nuestros afectos más queridos.


¡Feliz Navidad!

viernes, 18 de diciembre de 2009

Ámbar



Maquillada de ocre y trasluz
así es como te veo, bailarina
en cada lugar que iluminó tu sombra alguna vez.

Cazadora involuntaria y tenaz
el olvido se desangra entre tus manos
que decretan la intemperie
con las uñas pintadas de ceniza.
El eco de tu sonrisa
se tropieza con el tañido de aquella tarde,
oxidado canto de metales,
indecisa y gris como ésta
encima del mismo banco
escena de tu crimen
cuando te manchaste de sangre los labios
donde dibujaste con escarcha mi contorno
y me impusiste la hojarasca y la humedad.

Deberías saber
que huyo desde entonces.
Que me desgrano a propósito
esperanza suicida
así sabrás encontrarme.
Pero sólo merodean la erosión del minutero
inconstantes serenatas de hamacas solas al viento,
el ladrido de un perro sumergido en la noche.
La vibración del verano en tu piel se desvanece
los trópicos de tu boca hurgan en charcos invernales
y se reverdece aquella estaca
vestido largo de tu lengua cuando
lenta y melodiosa
dijo no te quiero.

martes, 15 de diciembre de 2009

Líquida



Una noche de tela y
un suelo dormido,
pintado con el color
de la fertilidad y de las guerras.

Aroma de lágrima y
mediodía erguido en las cumbres
que florece ágil desde un costado.
Delicada matemática la de su cuerpo,
fluir exacto, como de bandada.
Sus líneas viajan
entre un pétalo y los zafiros.

Emerge paralelo
el hijo de un cincel de Florencia
fulgor metálico en los tendones,
eco de Apolo
mar en movimiento.

Flamean las cuerdas, aletean los vientos
Y ella cierra los ojos.
Un roce le envuelve las muñecas
una presencia tibia en su cintura,
y ella que vuela,
copo de nieve, estrella fugaz,
relámpago en los labios de una tijera.
Tus puntillas huelen a golondrina y a cascada,
a puñal y a desvelo.

Se yergue un silencio
y llueven palomas negras
contra el techo,
desde los palcos,
sobre la bailarina hecha altar
encima del bailarín arrodillado.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Recital Poético



Momento propicio para un aviso parroquial. En la antesala del fin de año, el Círculo de Escritores del Comahue festeja su primer y fructífero año de vida con un recital de poesía y músicos invitados.

La cita es el 19 de este mes, a las 21 horas, en el Auditorio del Sindicato de Luz y Fuerza, sito en Belgrano 920 de Cipolletti.

Recitarán poetas y escritores de Cipolletti, Plottier, Catriel, Junín de los Andes y Las Grutas.

Actuarán la Orquesta Juvenil de Cámara de Cipolletti, coral Cantares, la cantante de tantos Cristina Lucero, Julio y Anahí (bailarines de tango), entre otros músicos. Además se expondrán obras de artistas plásticos regionales.

La entrada es libre y gratuita. Se sortearán libros y también participarán los ganadores del primer concurso literario juvenil "Adolfo Turrín".

¡Los esperamos!

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Trece



El río avanza, mansamente, abriendo la noche. Las estrellas, desnudas, tiemblan en el agua. El río traza una línea de rumor en el silencio.

He abandonado mi barca al capricho de las aguas. Tendido cara al cielo pienso en ti que duermes, extraviada entre los sueños.

Tal vez ahora me sueñes, amor mío de nocturnos, húmedos ojos estrellados.

Pronto mi barca ha de pasar frente a tu casa, amor mío, extendida en tu sueño como un río. Talvez por mí palpite tu dormida boca entreabierta.

Llega una ráfaga de fruta y de jazmín. Este viento ha pasado por tu casa y en él toco tu sueño y aspiro tu aroma y beso tu boca, amor mío que tal vez ahora andas conmigo, en un jardín, por tu sueño. Detrás de tu oreja, entre los cabellos, húmedos del baño todavía, arde un jazmín, en tu sueño.

Dame la mano y mírame a los ojos, en tu sueño, amor mío, y suavemente, arrástrame al círculo mágico en que ahora, dormida, sonríes.

Ya veo, entre la sombra de la orilla, una lucecita que me mira con amoroso parpadeo. Es tu casa: para mí la más dulce, la más cercana y lejana de las estrellas, amor mío.


(Rabindranath Tagore)

sábado, 5 de diciembre de 2009

Alguna vez



Eras en aquel tiempo rubia y grande,
sólida espuma ardiente y levantada
Parecías un cuerpo desprendido
de los centros del sol, abandonado
por un golpe de mar en las arenas.

Todo era fuego en aquel tiempo. Ardía
la playa en tu contorno. A rutilantes
vidrios de voz quedaban reducidos
las algas, los moluscos y las piedras
que el oleaje contra ti mandaba.

Todo era fuego, exhalación, latido
de onda caliente en ti. Si era una mano
la atrevida o los labios, ciegas ascuas,
voladoras, silbaban por el aire.
Tiempo abrasado, sueño consumido.

Yo me volqué en tu espuma en aquel tiempo.


(Retornos del amor tal como era, Rafael Alberti)

sábado, 28 de noviembre de 2009

Cosas que no soporto en un poema



Gracioso título el de ese libro. Y ya que hablamos de poemas, un pedacito de aquel reciente berrinche:



Resbala en el vidrio
mi cara acribillada de lluvia,
en el párpado una hamaca rota
y roja.
No estás

Tu ausencia es un grito helado
un eco de cristales quebrados,
borrasca de espinas y noches
que se derriten despacio,
clavos que mastican la carne.

Mientras tanto, lejos
tu risa es un amanecer
de pétalos y luces,
tu voz una jungla en celo.
Imposible ese orfebre
De lo que hay en tus ojos.

Es que el recuerdo talla puños
con la caricia de tu sombra.

Y yo,
mientras, apenas
un arrastrar sediento
por los médanos
que urden la tumba.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Orfebre



Y construí tu rostro.
Con adivinaciones del amor, construía tu rostro
en los lejanos patios de la infancia.
Albañil con vergüenza,
yo me oculté del mundo para tallar tu imagen,
para darte la voz,
para poner dulzura en tu saliva.
Cuántas veces temblé
apenas si cubierto por la luz del verano
mientras te describía por mi sangre.
Pura mía,
estás hecha de cuántas estaciones
y tu gracia desciende como cuántos crepúsculos.
Cuántas de mis jornadas inventaron tus manos.
Qué infinito de besos contra la soledad
hunde tus pasos en el polvo.
Yo te oficié, te recité por los caminos,
escribí todos tus nombres al fondo de mi sombra,
te hice un sitio en mi lecho,
te amé, estela invisible, noche a noche.
Así fue que cantaron los silencios.
Años y años trabajé para hacerte
antes de oír un solo sonido de tu alma.


(Fábricas del amor, Juan Gelman)

lunes, 23 de noviembre de 2009

Iluminando


En nuestra meseta, ignorada por las luces vanidosas del puerto, también hay gente que produce gemas. Mucha gente productora, dicho sea de paso. Uno es Carlos Juárez, plástico de origen cordobés que se radicó en Neuquen allá por 1981 (justo el año de mi natalicio).

Multipremiado, expositor de alcance nacional y también internacional (llegó a exponer en Montreal, Canadá), jurado de numerosos salones y bienales, Carlos está exponiendo sus obras ahora mismo en el MNBA de Neuquén. Vale absolutamente la pena pegarse una vuelta. (Nota alusiva en el Río Negro)

Tiene una página, http://www.carlosjuarez.com.ar/, donde podemos encontrar su obra visual y también una deliciosa colección de haikus.

Gracias por tu arte, Carlos.

domingo, 22 de noviembre de 2009

De locura y de muerte



Hace un tiempo se cumplió un nuevo aniversario del nacimiento de E. A. Poe. El bicentenario, para ser más exacto, palabrita ahora en boga.

Hoy día se lo reconoce como un gran maestro indiscutible. Incluso, primer profeta de géneros como la narrativa de ciencia ficción y el policial, en su vertiente más clásica: la del investigador deductivo, que resuelve los crímenes mediante lógica y razón, como si fueran rompecabezas. Opuesto, claro, a los exponentes de la posterior novela negra, con Chandler como abanderado. En el caso que nos ocupa, fue padre del gélido y ultrarracional detective Auguste Dupin, bastante antes de que Conan Doyle alumbrara al prototípico Sherlock Holmes. Actualmente no sólo se le reconocen estos laureles, sino que también se suele referenciar a Poe como un autor atormentado, proscripto por la sociedad norteamericana de su tiempo, la que lo señalaba como loco, farsante, charlatán, alcohólico perdido. Y más aún, que murió pobre y olvidado, un lugar común a estas alturas.

Empero, ciertos biógrafos han concluido recientemente en que hay algo de mito en esas afirmaciones, hechas dogma por la repetición y el paso del tiempo. Algo parecido a la infelicidad de Kafka, o la incultura literaria de Hemingway.

Bien, un resumen de este cambio de concepción en este artículo. Por el otro lado, hay un cuento de Poe que desde chico me supo fascinar. Especialmente, me gusta la forma en que logra esa atmósfera sombría, de encierro y colores tétricos. ¿Cuál? Éste mismo.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Delirante y exacta



Finalmente, de dos Ferias terminó siendo media. La de Jacobacci, aquella a la cual me habían invitado dos meses atrás, venía navegando por aguas despejadas, animada y en línea recta, hasta que apareció una jauría de témpanos que no estaba en los mapas. Era naufragar o dar media vuelta y guardar los aparejos para el año próximo. Tuve que elegir la segunda.

Algunas esquirlas de aquel hielo me dejaron un día sobre tres de la restante, Plottier. Resultó el domingo, jornada de cierre y con augurio de buena concurrencia. Prolijo y bien preparado el lugar, un galpón reciclado por la municipalidad y ahora destinado a eventos culturales (conste que hago un denodado esfuerzo para no comparar con las tolderías de nuestra querida feria cipoleña...). Lo visto, los comentarios y las voces en el éter coincidieron en una concurrencia diluida. Quizás falló la promoción. A tener en cuenta para la próxima. Empero, creo que en líneas generales es un aprobado, merced a la carta ganadora: la intención de apostar por la cultura.

Otro tema. Últimamente se me está dando un berretín por la poesía. Ciertamente, es inédito que me lo permita. Por incapacidad, prurito, "vergüencita", desidia, o vaya a saber uno qué, pero desde siempre ella y yo nos miramos de costado y, salvo algunos escarceos relampagueantes, la relación era más bien indiferente. "Narrativa", mi mantra cuando me preguntaban por los géneros literarios en que escribía (o intentaba escribir); ella, por el otro lado, me habilitaba de a gotas esa suerte de nirvana linguístico de donde brotan los poemas. Pero algo crujió, algo se movió, porque en un momento ya nos mirábamos de otra forma, ya no nos incomodó la presencia del otro ahí, cerca y relamiéndose. De la calidad no vamos a hablar, mi autoexigencia me lo tiene vedado. Es que en la poética sí que soy aprendiz, pero creo que vale este cambio de paradigma.

Ya que estamos, un paneo sobre el Círculo de Escritores del Comahue. Sintéticamente: ya está iniciándose la segunda antología; la presentación en Bahía entró en un impasse; para diciembre probablemente se haga algún evento en la zona.

Hablábamos de poesía. Retomamos, pero ahora de la buena: otra perla del maestro D´Ors.

Desconocidos que te escriben cartas.
En tus versos, confiesan -entre un torpe amasijo
de entusiasmo, inocencia y metáforas ciegas-,
reconocen su vida.

Muchachos que han quemado unos pedazos
de sus mejores años componiendo,
con la más despiadada sinceridad, poemas
tuyos (que te parecen tan mediocres
como los tuyos tuyos).

Antologizadores que te ponen,
como ropas extrañas, adjetivos,
etiquetas, propósitos que jamás soñarías.

Amigas de tus hijas que te estudian en Lengua
y que tienen que hacer un comentario
de texto (¿o cementerio?) y te preguntan
sobre las estructuras.

Hispanistas que vienen a enseñarte quién eres.

Y tú siempre dudando -y dudando tus dudas-
si es que ellos no se enteran
de nada, o si tal vez están burlándose
de ti, confabulados
en una broma cósmica (pero esto me parece
demasiada crueldad para ser verosímil),
o si acaso -y entonces eres tú
quien no se entera- de tu boca sale
la voz incandescente de un algún ángel
-pero esto es ya ponerse demasiado sublime-.

Sólo hay dos cosas claras:
que por alguna parte hay un malentendido
y que todo este embrollo
es lo que llaman Gloria.


lunes, 9 de noviembre de 2009

Doce



Ah, vencedora de la sombra,
tuya es la luz
que tajeó a
la noche sanguinaria
hasta acunarla
sangrante, amanecer,
su llanto una hoguera en los pétalos.

Ah, conquistadora sutil
un brillo de alondra
te enciende la boca,
y resuenan en tus labios
los ecos blancos de la luna.

Ah
melodía de arroyo
magia de cisne,
milagro nocturno y de mediodía.
A las doce.
A los doce.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Sacramento azul


Olvidemos un rato el recelo ancestral con nuestros vecinos allende los Andes. No sólo eso: también arrumbemos la sospecha, los ojos entornados y tensos como la cuerda del arco que va a matar con desprecio brillante, flecha de acero bañada de mediodía. Una vez cumplimentado, inevitablemente reconocemos la incansable fertilidad de la tierra chilena. Y no me refiero a la uva, sino a los poetas. Tal vez sea el esplendor con el que esa tierra inunda los ojos de sus paisanos desde que los inauguran. Quizás sea una lección de las sirenas, cifrada en el oleaje indomable del Pacífico. O mensajes que el cóndor cosecha en las alturas, los secretos íntimos del viento.

La constelación de poetas enceguece detrás de la cordillera: Neruda, Mistral, Huidobro, Rojas, por nombrar algunos pocos de tantos, y ahí ya tenemos dos premios Nobel y un Cervantes. Hace un par de años descubrí la poesía del último, Gonzalo Rojas, merced a poemas sueltos y accidentales, diamantes con los que uno se tropieza. Lo intuyo el patriarca, la actual estrella guía de aquella constelación. Recuerdo que alguien, maravillado por el talento de Schwob, habló de cómo lograba que las palabras se "frotaran". La poética de Rojas produce el mismo efecto.


Mejor, que un par de poemas hablen por él. Pasemos a lo bueno:


Orquídea en el gentío

Bonito el color del pelo de esta señorita, bonito el olor
a abeja de su zumbido, bonita la calle,
bonitos los pies de lujo bajo los dos
zapatos áureos, bonito el maquillaje
de las pestañas a las uñas, lo fluvial
de sus arterias espléndidas, bonita la physis
y la metaphysis de la ondulación, bonito el metro
setenta de la armazón, bonito el pacto
entre hueso y piel, bonito el volumen
de la madre que la urdió flexible y la
durmió esos nueve meses, bonito el ocio
animal que anda en ella.


Oscuridad hermosa

Anoche te he tocado y te he sentido
sin que mi mano huyera más allá de mi mano,
sin que mi cuerpo huyera, ni mi oído:
de un modo casi humanote he sentido.

Palpitante,
no sé si como sangre o como nube
errante,
por mi casa, en puntillas, oscuridad que sube,
oscuridad que baja, corriste, centelleante.

Corriste por mi casa de madera
sus ventanas abriste
y te sentí latir la noche entera,
hija de los abismos, silenciosa,
guerrera, tan terrible, tan hermosa
que todo cuanto existe,para mí, sin tu llama, no existiera.

martes, 3 de noviembre de 2009

Para algún lado


Disyuntiva a la vista. Este mes se han entrecruzado dos cuestiones. En realidad son más, pero estas dos tienen el perfume del papel impreso.

En primer lugar, y ya que estamos a título informativo, comento que se avecina la segunda Feria del Libro de Plottier. Será los días 13, 14 y 15 de noviembre, y si bien temo vender humo, escuché por ahí que la cita tendrá lugar en la estación ferroviaria o en un lugar cerrado próximo a ella. El Círculo de Escritores del Comahue estará presente otra vez, con un stand y presentaciones de sus autores: Pablo Baico, Ramón Oliva, y desde luego la antología "Manifestaciones del alma". Creería que hay un par de escritores más, pero temo que el olvido me ha hurtado sus nombres.

Por mi lado, recibí una invitación a la Feria del Libro de Ingeniero Jacobacci, lo que me enorgullece y agradezco profundamente. Por lo que me han dicho, será en las mismas fechas. Existe una posibilidad cierta de que concurra (al menos un relampagueante "toco y me voy"), aunque en estos últimos tiempos se han sumado un par de meollos, académicos y de los otros, que conspiran y carcomen el porcentaje de certeza. Supongo que en estos días terminará de definirse la cuestión.

Es cierto: un tanto volátil la información de hoy. Bueno, puede funcionar como un desabrido jueguito de intriga, rellenar los vacíos con suposiciones e imaginación.

Bueno, está bien, la próxima te traigo cosas más firmes. Lo prometo (?).

miércoles, 28 de octubre de 2009

"Ella"


Es misteriosa como el tiempo y el mercurio,
delirante y exacta, álgebra y fuego.
Cuando nadie la espera, coronada de escarcha
baja tarareando con pies maravillosos
por entre los helechos. Muchos enamorados
consagraron su vida a llamarla, elevaron
laboriosos palacios para ella
y no condescendió ni a una mirada.
No sirve para nada y son millones
los que viven por ella. Cuando piensas
que prefiere los locos y vagabundos, pasa
del brazo de un ministro o Mr. Eliot.
Es papeles manchados de tinta y es el mundo
con hogueras y robles, despedidas, los Andes,
la luna azul y Concha Valladares. Su rostro
constantemente cambia, inconstante. Y no cambia.
Bécquer la confundió con el Amor
y es una forma de no ser feliz.


(Miguel d'Ors)

lunes, 26 de octubre de 2009

Réquiem para un bígamo



"La medicina es mi esposa legal; la literatura, sólo mi amante". Ésa era la fórmula que logró Chéjov para posibilitar una convivencia que suele ser, como mínimo, complicada.

Por naturaleza, el escritor es un ser que deambula entre dos mundos. El "real", ineludible por imperativo biológico, con todo su fárrago de obligaciones, crisis económicas, boletas vencidas y problemas con los vecinos; y el otro, ese Edén nebuloso y a veces infernal: el país de las letras. El escritor, salvo algunos pocos iluminados que pueden sustentarse con su "vicio, su pasión y su desgracia", tiene que recurrir a otras ocupaciones para pagar las cuentas. Los más, merced a la afinidad intrínseca, se vuelcan al periodismo; varios van a la crítica literaria y la traducción; unos pocos al derecho; los hay también editores, o incluso aventureros que, ciegos de amor, recurren a oficios mínimos que bastan para sobrevivir y poco más, y todo el tiempo restante va a parar a la creación literaria.

También los hay médicos. Les reservé un párrafo aparte porque recordé ahora a uno que, enfrentado a una insoportable tensión de este dilema existencial, quiso y debió abjurar de la medicina para volcarse al arte (la música en su caso, pero ya vimos que es prima hermana de la literatura).

Chéjov era médico. Supo congeniar ambas dimensiones, con aquella fórmula del principio a la que llegó no sin poco sufrimiento. Ahora recuerdo a un poeta (¿Lorca?) que alguna vez dijo que pretendía no ser esposo sino amante de la poesía, para mantener con ella una relación arrasadora, inestable, un éxtasis que se reinventa constantemente.

Vuelvo a Chéjov. Una palabra que puede definirlo cabalmente es "generosidad". La medicina lo llevó a morir joven, verbigracia la tuberculosis que se contagió a sus veinte y pocos años, atendiendo pacientes en el sur de Francia, pero aún así continuó ejerciendo. Literariamente, en sus cuarenta y cuatro años de vida alcanzó a ser prolífico y magistral, excediendo los límites intocables de la maestría para volverse eterno. Aun cuando ya era un autor de eminencia en su Rusia natal, tuvo un hábito que pocos consagrados tuvieron (hoy tampoco) la deferencia de cultivar: responder cartas de aprendices y admiradores.

No tuvo problemas en aconsejar a los novatos, ni emocionarse, ni tampoco dejar de sorprenderse ante los elogios más enérgicos. Hay una en particular que, creo, colgué alguna vez. Pero de una u otra forma vuelvo a tropezar con ella. Será porque me resuena su hastío pero también su profecía de renacer, la confianza en un mañana que será mejor. Que expresa lo difícil y a veces desesperante que es sobrellevar esta bigamia entre aquellos dos mundos.


A Dmitri V. Grigoróvich, Moscú, 28 de marzo de 1886
Su carta, mi querido y buen bienhechor, me ha impactado como un rayo. Me conmovió y casi rompo a llorar. Ahora pienso que ha dejado una profunda huella en mi alma. [...]

Todas las personas cercanas a mí siempre han menospreciado mi actividad de escritor y no han cesado de aconsejarme amistosamente que no cambiara mi ocupación actual por la de escritor. Tengo en Moscú cientos de conocidos, entre ellos dos decenas que escriben, y no puedo recordar ni a uno sólo que haya visto en mí a un artista. En Moscú existe el llamado “círculo literario”. Talentos y mediocridades de cualquier pelaje y edad se reúnen una vez por semana en el reservado de un restaurante y dan rienda suelta a sus lenguas. Si fuera allí y les leyera una parte de su carta, se reirían de mí. Tras cinco años de deambular por los periódicos he logrado compenetrarme con esa opinión general de mi insignificancia literaria. En seguida me acostumbré a mirar mis trabajos con indulgencia y a escribir de manera trivial. Esa es la primera razón. La segunda es que soy médico y siento una gran pasión por la medicina de modo que el proverbio sobre las dos liebres [“El que sigue dos liebres, tal vez cace una, y muchas veces, ninguna”] nunca quitó tanto el sueño a nadie como a mí. Le escribo todo esto sólo para justificar un poco ante usted mi gran pecado. Hasta ahora he mantenido, respecto a mi labor literaria, una actitud superficial, negligente y gratuita. No recuerdo ni un solo cuento mío en el que haya trabajado más de un día. "El cazador", que a usted le gusta, lo escribí en una casa de baños. He escrito mis cuentos como los reporteros que informan de un incendio: mecánicamente, medio inconsciente, sin preocuparme para nada del lector ni de mí mismo... He escrito intentando no desperdiciar en un cuento las imágenes y los cuadros que quiero y que, sabe Dios por qué, he guardado y escondido con mucho cuidado. [...]

Disculpe la comparación, pero ha actuado en mí como la orden gubernamental de “abandonar la ciudad en 24 horas”, esto es, de pronto he sentido la imperiosa necesidad de darme prisa, de salir lo antes posible del lugar donde me hallo empantanado... Estoy de acuerdo en todo con usted. El cinismo que me señala, lo sentí al ver publicado "La bruja". Si hubiera escrito ese cuento no en un día, sino en tres o cuatro, no lo tendría... Me libraré de los trabajos urgentes, pero me llevará tiempo... No es posible abandonar el carril en el que me encuentro. No me importa pasar hambre, como ya pasé antes, pero no se trata de mí. Dedico a escribir mis horas de ocio, dos o tres por día y un poco de la noche, esto es, un tiempo apenas suficiente para pequeños trabajos. En verano, cuando tenga más tiempo libre y menos obligaciones, me ocuparé de asuntos serios.

No puedo poner mi verdadero nombre en el libro, porque ya es tarde: la viñeta ya está preparada y el libro, impreso. Mucha gente de Petersburgo me ha aconsejado, antes que usted, no echar a perder el libro con un pseudónimo, pero no les he hecho caso, probablemente por amor propio. No me gusta nada mi libro ["Cuentos abigarrados" se publicó bajo el pseudónimo de Antosha Chejonté]. Es una vinagreta, un batiburrillo de trabajos estudiantiles, desplumados por la censura y por los editores de las publicaciones humorísticas. Creo que, después de leerlo, muchos se sentirán decepcionados. Si hubiera sabido que usted me lee y sigue mis pasos, no lo habría publicado. La esperanza está en el futuro. Sólo tengo 26 años. Quizás me dé tiempo a hacer algo, aunque el tiempo pasa deprisa. Le pido disculpas por esta carta tan larga. [...] Con profundo y sincero respeto y agradecimiento.

Antón Chéjov

viernes, 23 de octubre de 2009

Porque sí


"El escritor escribirá porque sí, porque no tendrá mas remedio que hacerlo, porque es su vicio, su pasión y su desgracia."


(J.C. Onetti)

viernes, 16 de octubre de 2009

Tus besos fueron míos


Si se acordaba cuál era el tango que más le gustaba a él, le preguntaron. A ella.

- Yo creo que era "Amurado". Sí, "Amurado" le gustaba, pero yo creo que el que más le gustaba era "Tus besos fueron míos". "Pasaste por mi lado con fría indiferencia, tus ojos ni siquiera se detienen sobre mí. Y sin embargo tienen sumida mi existencia, y tuyas son las horas mejores que viví". Ese tango le encantaba.

Contestó con la autoridad que le daba la relación que tuvieron. Impracticable, violenta, salvaje, desencontrada, caliente. Necesaria. Inexorable. Es la historia de muchas cartas y apenas nueve noches juntos, según escribió ella en un poema. Es la historia de la poeta y el narrador, ambos de lo mejor que produjeron las letras uruguayas: Idea Vilariño y Juan Carlos Onetti.

La celestina tenía que ser la literatura. Y lo fue. Años cincuenta, fértil el Río de la Plata en bullicio y ajetreo cultural. Bastó que Número, una revista literaria fundada entonces por Benedetti e Idea (entre otros), rescatara un libro de Onetti para que se decantara una reunión grupal primero y un encuentro, después. Ella y él, solos, en un bar de Montevideo: "'Estaba seduciéndome a fondo con lo mejor de sí mismo y tanto que yo me quedé convencida de que aquello era la séptima maravilla. Esa misma noche me enamoré de él. Me enamoré, me enamoré, me enamoré'." De él, de Onetti, "el último hombre del que debí enamorarme" como diría mucho más tarde y se daría cuenta pronto.

Vendría una ausencia, cartas en el medio, luego otro encuentro, ya en otros y más intensos términos. Pareciera que la relación entera puede sintetizarse así. Blanco o negro: o los eclipses, cataclismos entre las sábanas, la dicha más pura sobre la almohada, en la mesa con tazas humeantes de por medio; o el otro extremo, los desgarros, los enfrentamientos con esa violencia única de los que son peligrosos con la palabra. "'Es el último hombre de quien debí enamorarme porque éramos lo más imposible de ligar que había. Nunca entendió el ABC de mi vida, nunca me entendió como ser humano, como persona. Y así teníamos nuestros grandes desencuentros. Si yo hablaba de algo sumamente delicado él me salía con una barbaridad. Decía cosas que me hacían echarlo, imposibles de soportar. Todavía me pregunto por qué aguanté tanto, por qué volví tantas veces. Nos peleábamos y volvíamos a juntarnos, lo echaba, regresaba. Una noche me llamó desesperado para que fuera a verlo. Yo estaba con alguien que me amaba y lo dejé por ir a pasar una noche con él. Y recuerdo que lo único que hicimos fue ponernos de espalda, leyendo un libro él, y yo otro. A la mañana siguiente le agarré la cara y le dije: sos un burro Onetti, sos un perro, sos una bestia. Y me fui'."

Pero volvió. De una u otra manera siempre volvían el uno al otro. No podían evitarlo. Por y para él, ella escribió todos sus poemas de amor. Es sólo un cuarto de su obra, pero el más representativo, potente y descarnado. Sí, a él: "Recuerdo una vez que me prometió venir a Las Toscas a pasar una semana conmigo. Yo lo esperé pero no vino. Cuando finalmente nos encontramos le pregunté por qué no había venido. Le dije: "Te esperé". "¿Querés que te diga la verdad?" Dijo él "¿Querés realmente saber?" "Sí", dije yo que no iba a ser menos hombre que él... "Sí, sí, decime". "Mirá, –dijo él– me pasé la semana con una mujer. Pero cada vez que encendía un cigarrillo pensaba en lo nuestro." Y se acabó el tema. El decía siempre la verdad aunque esto te matara. No sabía lo que era cuidar al otro."

Tanta sinceridad, tantas idas y vueltas. Demasiado de lo uno y de lo otro: "Tuvimos períodos en que estábamos muy bien. En que todo funcionaba, en que nos entendíamos totalmente. Esos períodos eran maravillosos. Pero no duraban. Era todo muy complejo. Estábamos en uno de esos buenos momentos cuando él me dijo que se iba a Buenos Aires. "¿Por qué?" dije yo, "¿por qué te vas?" "Porque tengo que casarme", dijo él. "Tengo que casarme. Tengo". Entonces le dije: "Si estuviera locamente enamorada de otro hombre y te dejara por él, ¿lo aceptarías?" ¿Y él? El... no recuerdo bien qué dijo. Creo que nada. No era de hablar mucho, de explicar. El explicaba con palabras que tornaban todo más incomprensible. Pero era así. Eramos unos monstruos. Yo también."

Una vez cruzaron un límite. Ella, profesora de un colegio, recibió un llamado urgente: un colega asesinado, una asamblea gremial impostergable. "Si te vas no me encontrarás a tu regreso", le dijo él, imperturbable. Ella fue igual, descreyendo de la amenaza. "Pero en cuanto pude me escapé y regresé a casa. Cuando vi la luz prendida pensé que estaba pero cuando abrí la puerta sentí como si me golpearan en el pecho. Había dejado una nota insultándome y diciéndome un montón de barbaridades. Y mis poemas, unos poemas de amor que le había dado, estaban arrugados y tirados a los pies de la cama".

Tuvieron que pasar varios años hasta el reencuentro. Él había pasado tres meses encarcelado, un infierno gratuito verbigracia la hipocondría de un régimen militar. Cuando salió, ella fue a verlo y más tarde lo escribió así: "Quedamos solos y callados. Callados. Pero yo no soy como entonces; algo aprendí; algo me enseñó el recuerdo; siempre sentí no haber tenido más madurez para tratarlo entonces. O es la diferencia entre estar y no estar enamorada. Nos moriremos sin aprender a hablarnos', pregunté. Siempre nos costó', dijo. Te acordás de aquella vez que llegaste, después de tanto tiempo y estuvimos veinte, treinta minutos sin hablar, sentados, yo en la cama y tú en la silla. Me inhibiste siempre en todo'. Sí', dijo. Tu también', dije. Una vez me dijiste que no podías comer ni hacer el amor ni... conmigo'. 'Sí', dijo. Y me miraba por momentos; por momentos volcaba la cabeza; se mordía el labio superior, con una expresión de impotencia, de desesperación. Así que yo no sé lo que es el amor. Vos sufrías de amnesia, evidentemente. La primera vez que entré a tu sala del Museo quedé loco por vos. Nunca entendí lo que me pasaba; pero estaba loco por vos'. 'Nunca me lo dijiste'. 'Nunca entendí aquel deseo de posesión, aquel afán dominador. (Yo no recordaba nada parecido). No te dejaba ir a clase (es cierto). No podía soportarlo. Y no se trataba de deseo; si no, no sentiría esta horrible ternura que siento por vos".

Alguna vez colgué un cuento de él. Hoy, poemas de ella y un bonus track.

viernes, 9 de octubre de 2009

Once


Oscura miel,
Silencio puro, total cadencia,
un mar esmeralda que viene y va,
son tus manos
bañándome como arpas.

Carceleros del milagro,
tus párpados celosos.
Fronteras del cielo,
Cornisas para
la constelación perdida
que la luna
llora cada noche.

Felices tus jardines secretos
donde me escondo de la muerte
y se duermen las heridas.

martes, 6 de octubre de 2009

Un mundo feliz


El fin de semana miré dos o tres partidos. El fútbol es el opio de los pueblos, dijo alguien reconvirtiendo aquella frase de Marx. Ciertamente, lo visto parece darle la razón a este sujeto cuyo nombre ahora no recuerdo. Más que "un mundo feliz", bordeamos "las puertas de la percepción".

Las altas esferas. Insaciables, altivas, inaccesibles, voraces, depredadoras. Imperiales. Se mueven tras bambalinas, pero sus contornos son nítidos a contraluz. En este nuevo capítulo, derraman sin pausa ni disimulo gotitas de un jarabe pernicioso. Pica la pelotita y va una dosis. Corner, y otra. Tiro libre, en la medialuna del área o en tres cuartos, y marcha otra más. Así durante una hora y media, una tras otra, incansable y abnegado el gotero oficial. Para mechar, porque el gusto está en la variedad, se cuelan otras perlitas improbables que nos ayudan a pintar los contornos de ese "mundo feliz".

Es indiscutible que esa ley, la tan mentada por estos días, tiene que ser modificada. De treinta años a ahora han cambiado muchas cosas. Tal vez demasiadas. Al mismo tiempo es consabido que el acaparamiento forma parte de la naturaleza empresaria más primal, y por ende a los conglomerados hay que regularlos. Empero, la unanimidad se deshace en los métodos, las formas. En los otros objetivos, los inconfesables, que burbujean en el trasfondo.

Por aplicación repetida de su proverbial puño de hierro, es bastante probable que las altas esferas logren imponerse de nuevo. Después... Bueno, no sé por qué pero se me viene el recuerdo de 1982. Todas las voces, adictas por vocación o debilidad, dirán "vamos ganando". Otras pocas, aunque empujadas a los bordes, reflejarán otra cara más cruda, más amarga. Dolorosa, y por eso auténtica, porque pocas cosas son más reales que el dolor. Y al final, invariablemente, todo termina cayendo por su propio peso.

viernes, 2 de octubre de 2009

El secreto de sus ojos


Finalmente, cambié los colores. Sí, antes que preguntes, continúa vigente aquella anunciada promesa de las metáforas y demases. Por lo pronto, colores alusivos a la renaciente gloria vegetal.

La foto principal, esta vez, no obedece a ninguno de los sofisticados recursos que uso en esta página (como por ejemplo, el buscador de imágenes de Google). Es obra de mi fotógrafa preferida. Creo que las fotos son algo así como el testimonio de una mirada, la eternidad de un instante refractado en las pupilas. Esa hilera, ese banco solo, esa pálida declinación de la tarde, todo fue un relámpago en sus ojos. Por eso me gusta.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Impresiones


Lo había anticipado y ahora es el momento. Sin demasiados rodeos, creo que esta Feria del Libro sufrió un retroceso en relación a sus predecesoras. Desde la primera edición a la quinta (la inmediatamente anterior a ésta) se venía creciendo a zancadas largas. Quizás fue el tiempo de la curva natural propia de toda línea ascendente, el inevitable contrapeso gravitatorio.

En resumidas cuentas, me parece que las zonas erróneas pasaron por el espacio y los invitados. Indudablemente las carpas fueron una opción más económica, pero también resignaron la presencia y la solidez que imponían los espacios de antaño. También resultaron chicas para la convocatoria que a esta altura es previsible, y se rozó el colapso en los días de más público. El piso de los los pasillos, más que inestable. Por su parte el frío, caprichoso e inoportuno, hizo de las suyas y raleó bastante gente.

En cuanto a los invitados: bárbaro lo de los médicos. Ahora bien, no creo que sea blanco o negro. Es una Feria Del Libro, y los que hacen los libros son los escritores. ¿Era mucho pedir que se trajera a alguno representativo, uno solo aunque más no fuera? Porque convengamos que Piazza sólo puso la firma y la foto de tapa en "su" libro, necesariamente obra de un ghost writer (o sea, aquel que en las sombras escribe un libro para el usufructo de otro). Reitero: supongo que una cosa no excluye a la otra.

Prefiero pensar que el palpable recorte presupuestario redundó en fondos inyectados al nuevo Centro Cultural. Si es así, bienvenidas sean las globas y sus glaciales corrientes de aire. ¿Quisquilloso, tal vez? A lo mejor, aun cuando creo que si esta Feria llegó a repercutir en medios gráficos de Buenos Aires, es porque tiene su prestigio, algo difícil de ganar y fácil de perder.

De todos modos, hecho el descargo, rescato lo más importante y que se impone a la hora de los balances. A pesar de las dificultades, de los tiempos que sobrellevamos, de algunas especulaciones, a pesar de todo, se hizo. Lo que nos lleva a pasar tardes enteras en un stand, lo que conduce al lector a visitar, es el amor por los libros. Que se continúe el camino, aún cuando se pone vertical y florecen las piedras, es lo que importa.
El tema se cierra pero antes quiero rescatar a alguien: Verónica Ferreyra. Alguien que fue impulsora decisiva de las dos primeras ediciones, cuando todo estaba por hacerse y la apuesta era riesgosa de verdad. Alguien que hizo muchísimo para que hoy tengamos lo que tenemos, la feria del libro más relevante de la Patagonia. Alguien que hoy nadie parece recordar. Sirve de poco, por no decir nada, pero desde este rinconcito perdido va un reconocimiento. Incluyo a Jacinto Rodríguez, quien lamentablemente ya no está entre nosotros, escudero de Verónica en pos de esto que también fue su sueño. En los nombres de ellos dos se resumen los de tantos que hicieron posible los primeros pasos, esos que son imprescindibles para cualquier viaje, pequeño o grande.
Ah, me olvidaba: pronto se vienen los cambios visuales. Lo prometo.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Abrocharse los cinturones


En medio del tiroteo y la improbable carrera contra el dúo de agujas es que paso por acá. Exactamente, estamos en plena Feria del Libro. Tengo algunas impresiones al respecto, aunque me las reservaré hasta que haya concluido el evento. Por lo pronto, se impone que te invite de nuevo a que la visites.

Hace poco (léase: recién) empecé a trabajar en el nuevo diseño de la página. Como sabés, un criterio estacional es el que rige actualmente el motivo del fondo y la combinación de colores. Sigo pensando en evolucionar hacia un concepto metafórico, aunque por ahora no deja de ser un ideal y permanecemos firmes con el resobado factor climático, mientras la fresca que arrecia esta noche sugiere conservar la foto nevada. A esos extremos llega la autojustificación.

Pronto habrán novedades visuales. Lo prometo.

¿Lo prometo?

sábado, 19 de septiembre de 2009

Letra y música


Parecen muy diferentes. Una es esencialmente simbólica y diversa; la otra, unívoca y, por así decirlo, abstracta. Literatura y música. Suena a divague de trasnoche, lo asumo. Empecé a pensar en esto mientras escuchaba a Barcos, el pianista que tocó en la inauguración de la Feria, unas horas antes de esto.

"Para mí, el mayor placer de la escritura no es el tema que se trate, sino la música que hacen las palabras”. Así decía Truman Capote, aquel novelista de vida y talento casi diabólicos. Y aunque la literatura, en cualquiera de sus dos facetas, sea proclamada como prima hermana del silencio, la cuestión es que sí hay música. Al igual que con las notas y las personas, el aislamiento redunda en oscuridad, naufragio: una nota solitaria, crucificada en el pentagrama; un ermitaño; una palabra perdida en la estepa de la página en blanco. La clave son los vínculos. Una nota que se entrelaza con la que sigue y ésta a su vez con la subsiguiente lo que genera una melodía; las palabras cuyos encastres sucesivos aprueba el instinto de escritor, hasta llegar a una oración o un verso. Y luego, nosotros: dedos que se entremezclan, labios que se superponen, y luego dos espíritus que se yuxtaponen mediante un eclipse, el de sus primales misterios de infancia devenidos en vértigo y cosquilla con la juventud. Reales, el de la piel y los cuerpos; metafóricos, el del creador y sus lectores, sus oyentes.

Es un oído casi musical el del escritor. Se sumerge, como un buscador de perlas, en los océanos del lenguaje. Millones de palabras al alcance de su mano, los ladrillos con los que debe construir. Engañosamente (quizás porque al decir de Onetti la literatura es verídica mentira), los encastres son volubles, inestables, caprichosos. Él y solo él, sin más ayuda que sus propias sombras, debe elegir qué palabra encaja con cual entre las tantísimas partículas que flotan a su alrededor. Es un oído, sí, un reflejo natural que le sugiere la combinación certera, benefactor de aquel "apostar siempre al número correcto" que escribió Soriano.

Puede pensarse que solamente la poesía tiene esta cualidad. Ciertamente que la narrativa también, aunque por su propia naturaleza le va un poco en zaga. Sorprende entonces el narrador que logra arrancar sonidos, que hace cantar a instrumentos que no existen más que en su texto. Recuerdo ahora a Yourcenar, aquella escena cercana al final donde Alexis (el protagonista de "Alexis o el tratado del inútil combate") vuelve a sentarse ante su antiguo piano, el de siempre, y en la penumbra de la casa materna empiezan a abrirse tajos de luz, la sabia prole de sus dedos y las teclas. O aquel cuento de Abelardo Castillo, el del negro Griffiths, mediocre trompetista de jazz que en su propio tugurio porteño sufrirá la irrupción fulgurante del joven Baxter, un mago del saxofón, cuyas interpretaciones dan lugar a líneas memorables. En uno y otro caso, la lectura en silencio se desdibuja con un eco tenue, levísimo, una dulce intoxicación que penetra por los ojos y reverbera en el oído. Nada más ni nada menos que los receptores, respectivamente, de la letra y de la música.


Bueno, tenía otra idea previa a todo esto. Concisamente: mañana domingo se presenta la primera antología del Círculo de Escritores del Comahue, "Manifestaciones del alma". La cita es en el living del Predio ferial donde ya se realiza la Feria del Libro de Cipolletti (Centro Cultural, Toschi y Tres Arroyos). Acompañará la Orquesta Juvenil de Cámara de Cipolletti, dirigida por Jorge Larrigaudiere.


¡Los esperamos!

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Feria


Felizmente, septiembre resulta un poco monotemático por estos rincones. Se debe a la Feria del Libro de Cipolletti, que en un par de días tendrá su sexta edición y a esta altura, de mínima, ya es la más importante de su género en todo el sur del país.

Como sabemos, esta vez se hace en Toschi y Tres Arroyos (para los foráneos, basta entrar desde ruta 22 y avanzar por Toschi hasta las vías, mientras que si el ingreso es por ruta chica casi tropezarán con las carpas). El horario va de 16 a 22 horas, con acceso gratuito.

El eje temático de este evento, de acuerdo a la idea de los organizadores, es la sexualidad. Habrá multitud de invitados y actividades afines: médicos sexólogos, como los Dres. Kusnetzoff y Gindín; charlas sobre salud reproductiva y la historia de la prostitución en la zona; lecturas de literatura erótica, entre otras cosas. Desde luego, también se presentarán bastantes libros: aprovecho para mencionar a la primera antología del Círculo de Escritores del Comahue, "Manifestaciones del alma", que será el domingo 20, a las 18:30 en el Living del predio ferial.

Como diría un forense, mejor vamos por partes. De esta forma, tenemos los siguientes destacados en el primer fin de semana:


VIERNES 18 de septiembre
20,30 hs.
ACTO INAUGURAL: Palabras de Intendente de la ciudad, Sr. Alberto Weretilneck

Espectáculo de música y danza a cargo del maestro Miguel Ángel Barcos - “ Tango, mito y sexo”
Brindis y recorrida por la feria.



SABADO 19 de Septiembre
16 hs
apertura

18,30 hs.
Presentación libro poesías “En la luz de la palabra” – Pablo Montanaro
LIVING
19 hs.
Dr.: Juan Carlos Kusnetzoff – Sexualidad adolescente CYBER - SEX
CENTRO CULTURAL

20,30 hs
Cuentos eróticos
CARPA EXPOSICIONES
21 hs
La Liga – Ronnie Arias - Gisela Busaniche
CENTRO CULTURAL
21,30 hs
Día de Allen – Espectáculos, coros, tango, etc.
CARPA N° 1




DOMINGO 20 de septiembre
16 hs
apertura


18,30 hs.
Presentación Antología Circulo Escritores Comahue – "Manifestaciones del alma"
LIVING


19 hs.
Dr.: Juan Carlos Kusnetzoff – Sexualidad adultos mayores
CENTRO CULTURAL


21 hs
La Liga – Ronnie Arias – Gisela Busaniche CENTRO CULTURAL




¡Ahí nos vemos!

jueves, 10 de septiembre de 2009

Diez


Buscaba una flor que resquebraje
la monotonía ardiente de la nieve.

Buscaba una melodía que subyugue al viento,
que desdibuje los acordes gélidos del silencio.

Buscaba una estrella de perfume relumbrante,
hechicera que enhebra relámpagos de seda.

Buscaba la agonía de las lágrimas,
el horizonte tras el cual la
tristeza dibuja los trazos de su poniente.

Buscaba...porque ya la encontré.


viernes, 4 de septiembre de 2009

Sexta Feria del Libro de Cipolletti


Ya transitamos la víspera, por lo que para empezar y en síntesis:

* La cita será entre el 18 y el 25 de septiembre.

* ¿Dónde? En globas ubicadas a la vera del Centro Cultural de Cipolletti (Toschi y Tres Arroyos, al lado del derivador de la ruta chica).


Más info en el diario Río Negro

miércoles, 2 de septiembre de 2009

domingo, 30 de agosto de 2009

Correr en la oscuridad


Hace un tiempo, y accidentalmente como tantas otras veces (a esta altura, esos "accidentes" me dan que pensar...), supe de Carlos Castaneda.

Acá hemos hablado de escritores que renegaron de la fama, acólitos del enigma, como por ejemplo Salinger. También, de otros que bucearon en sustancias alucinógenas para volver y relatarlo: Baudelaire, de Quincey, Huxley (autores, respectivamente, de obras con títulos tan sugerentes como "Los paraísos artificiales", "Confesiones de un opiómano", y "Las puertas de la percepción").

Castaneda conjuga ambos espectros. Reservado, juguetón, inclasificable, eludió las entrevistas y cuando no se dedicó a desparramar datos controvertidos, intencionadamente apócrifos. Por el otro lado, su obra versa sobre la reprogramación que le practicó Juan Matus, un indio mexicano que conoció en una polvorienta terminal de frontera, quien lo llevó a las profundidades del desierto y del peyote, hongo de célebre, poderoso y pseudomístico efecto.

En aquel artículo (que podés leer pulsando acá), un periodista sigue el rastro de Castaneda por los arenales perdidos de los que emergió con las respuestas, los secretos indecibles y milenarios de la magia india. Una transformación tan profunda y radical que llevaría a uno de sus biógrafos a contar "que una vez, en 1986, fui a dar una conferencia a Santa Bárbara, y resultó que ahí conocí a unos maestros con quienes agarré una empatía inmediata y me invitaron a cenar. Primero me llevaron a un restaurante y luego a tomar la copa a la casa de uno, allí no se podía y entonces nos fuimos a la casa de otro, y a los diez minutos de entrar sonó el teléfono para mí. Atendí, extrañado, y del otro lado estaba Castaneda. Me asusté muchísimo y le pregunté cómo podía saber que yo estaba allí. "Bueno, es uno de mis chistes", contestó".

Mago, nahual blanco para muchos; impostor y farsante para otros tantos. Quizás pensando en estos últimos, aquel biógrafo dijo: "Una vez me tocó verlo semidesnudo, estaba en un hotel y nos recibió al cineasta Jorge Fons y a mí. Por primera vez lo veía sin camisa, y tenía una corpulencia... ¡De fisicoculturista, tipo Schwarzenegger! Y era evidente que éste no iba al gimnasio, así que le pregunté, "¿puta, pero cómo puedes estar tan mamado, mano?" Y me contestó "pues por la pinche vida que me hace hacer don Juan". "Y eso no es nada", siguió, y se subió el pantalón y me mostró un músculo muy raro que le salía en los tobillos, una bola dura que según él sólo aparece cuando se ejercita lo que él llamaba "el paso de poder", o el "correr en la oscuridad". Entonces, si él inventaba todas estas cosas, era tan meticuloso en su invención que hasta modificaba su propio cuerpo, lo cual ya para un escritor es demasiado sacrificio."

lunes, 24 de agosto de 2009

Maestro


Dos de sus infinitas y memorables frases:


(Sobre "Cien años de soledad"): "Con cincuenta años hubiera alcanzado".

"Dicen que soy un gran escritor. Agradezco esa curiosa opinión, pero no la comparto. El día de mañana, algunos lúcidos la refutarán fácilmente y me tildarán de impostor o chapucero o de ambas cosas a la vez."

sábado, 22 de agosto de 2009

Algo de mí para ti


A la hora de hacer regalos, solía enfrentarme con un dilema. Desde siempre me caractericé por lo raquítico de mi criterio para elegirlos. Hay gente que es original, que sabe gambetear con elegancia y efectividad el desabrido lugar común de las billeteras, y que se descuelga con sorpresas de tremendo efecto: misteriosamente, aciertan con los gustos profundos del agasajado. Y también hay gente, entre los que me incluía, que se empantana sin solución y termina cayéndole al allegado con un presente impersonal: portadocumentos, cinturones, bufandas...

Seguro notaste que conjugué en pasado. No fue accidente: hoy, si bien regalo siempre lo mismo, ya no es lo que era. ¿De qué se trata? Otro beneficio más de la literatura (y van...): ¡regalar libros!

No recuerdo bien el momento exacto en que adopté esta postura, tan inexorable como invariable. Tengo un par de justificaciones: la primera, que es la declamada y la más "filosófica", refiere a mi propia adicción a la literatura; la segunda, práctica y extraoficial, es el ahorro de la indecisión y la búsqueda infructuosa por la demasiada amplitud de opciones y el criterio estrecho; y la tercera, pero no por eso menos importante, merece un aparte.

¿Cuántas utilidades tiene un libro? ¿Te animás a contar? Intentemos, en orden caótico: pasatiempo, reflexión, ejercicio mental, bálsamo terapéutico, flameo de emociones, compañía, masaje a la imaginación, y así podríamos seguir un rato largo. Incluso, una vez escuché otra, más que polémica: agotados todos los recursos, un libro puede servir también para calentar e iluminar, sí, hecho fuego. Por el otro lado, ¿cuántas utilidades tiene una botella de bebida espirituosa?, ¿cuántas un control remoto?, ¿cuántas un encendedor glamoroso? Tal vez más de una, claro, pero entonces reparemos en la diversidad, la profundidad, la vitalidad. La calidad, en definitiva.

¿Siempre, siempre? Sin dudas. Obviamente, intento por todos los medios que el título concuerde con los gustos y preferencias de la persona de marras. Pero las tapas de un libro serán nuestra cárcel. Así que si sos allegado/a, ya estás sobre aviso.

lunes, 17 de agosto de 2009

El santo de la espada



Párrafos del Reglamento del Ejército de los Andes, redactado por su comandante, Teniente General San Martín:


"Todo el que blasfemare el Santo Nombre de Dios, o de su adorable Madre, e insultare la religión, por primera vez sufrirá cuatro horas de mordaza atado a un palo en público por el término de ocho días, y por segunda vez será atravesada su lengua con un hierro ardiente...".


"El que encubriese vagos sufrirá por primera vez tres años de presidio, seis por segunda y tercera, y si auxiliara al delincuente tendrá la pena del reo".


"El falseador de sello o moneda tiene pena de muerte, y el de firma, presidio o muerte según el caso. La misma sufrirá el ladrón que robe más de ocho reales, y el que forzare mujer o la robare".


"El falso acusador o denunciante, el testigo falso y el perjuro en causas criminales será castigado según el caso. El incendiario o quemador de campos, casas, etcétera, será ahorcado".


"El que se embriague tendrá un mes de prisión, por primera vez; por segunda, cien palos; y por tercera, presidio...".



De su pluma aflora la rectitud más inclaudicable, esa de la que fue ejemplo viviente antes, durante y después del rosario de hazañas que barrió a los realistas de medio continente y arrió definitivamente sus banderas para instaurar las que debían flamear (aunque hoy lo hagan algo desteñidas).

Y pensar que hoy le cambiamos su jornada conmemorativa en haras del turismo y el esparcimiento...

domingo, 16 de agosto de 2009

Difícil


"No es fácil decidir ser escritor. Es una decisión arriesgada con la que uno se condena a sí mismo, casi sin remedio, al fracaso y los reveses, pues se trata de una búsqueda que en un momento dado seduce a mucha gente, a pesar de que muy pocos son los que triunfan; es una cuestión de temperamento, quizás, o de perseverancia. Hammett enviaba historias y poemas como mensajes de náufrago en botellas desde la isla desierta de San Francisco. No tenía amigos escritores y nadie con quien hablar de libros. Trabajaba en la mesa de la cocina, laborioso, decidido, obstinado."


(Fragmento de Dashiell Hammett. A Life, de Diane Johnson)

jueves, 13 de agosto de 2009

Mirarte a los ojos...


...que ya se entrecierran. Mañana termina este pequeño ciclo de visitas mías al programa de Daniel Pizarro.

Podés escuchar ese última envío (y las próximas de mis colegas, claro), sin importar el lugar donde estés. ¿Cómo? Sencillito: basta con entrar a www.radiogalas.com y prender los parlantes. Sitio que ya figura entre los Sitios amigos del Jardín, dicho sea de paso.

La cita de mañana es a las 19:00 hs, quizás un poquitín antes. Desde luego que si estás en Cipo también contás con la opción de siempre, la tradicional: el 89.7 de tu dial.

Nuevamente gracias, Daniel, por tu calidez y generosidad.

lunes, 10 de agosto de 2009

Radioactividad


Tal como lo anuncié, esta semana me toca a mí. Desde hoy lunes hasta el viernes, Dios mediante, estaré en el programa "Mirarte a los ojos", que conduce Daniel Pizarro y va por radio Galas (fm 89.7 mhz) de 18:30 a 19:30. Cabe destacar y agradecer la buena onda de Daniel, quien gentilmente nos ha brindado su espacio a los integrantes del Círculo de Escritores del Comahue.

Hablando del CEC... Resurgió la idea de armar un concurso literario juvenil. El proyecto, enmarcado en la Feria del Libro de Cipolletti, está destinado a alumnos de nivel medio y lleva el nombre de quien fuera uno de los mejores escritores que dio nuestra ciudad: Adolfo Turrín. Esto es bastante fresco, pero pronto brindaremos más información.

Bien, dado el actual panorama, calculo que hasta el fin de semana no volveré por acá. Por lo tanto, ¡buena semana!

domingo, 9 de agosto de 2009

Nueve


En mi cielo al crepúsculo eres como una nube
y tu color y forma son como yo los quiero.
Eras mía, eres mía, mujer de labios dulces
y viven en tu vida mis infinitos sueños.

La lámpara de mi alma te sonrosa los pies,
el agrio vino mío es más dulce en tus labios,
oh segadora de mi canción de atardecer,
cómo te sienten mía mis sueños solitarios!

Eres mía, eres mía, voy gritando en la brisa
de la tarde, y el viento arrastra mi voz viuda.
Cazadora del fondo de mis ojos, tu robo
estanca como el agua tu mirada nocturna.

En la red de mi música estás presa, amor mío,
y mis redes de música son anchas como el cielo.
Mi alma nace a la orilla de tus ojos de luto.
En tus ojos de luto comienza el país del sueño.

("En mi cielo al crepúsculo eres como una nube..." , de Rabindranath Tagore)

martes, 4 de agosto de 2009

Juguete rabioso


La poesía me resulta divertida. También difícil, claro, porque no es lo mío. Pero he ahí la clave. Dado que no soy ni siquiera un aprendiz de poeta, puedo jugar con ella, el tonteo sin fines serios. Y ella que es tan sutil, un perfume, frágil como la felicidad plena; y uno que es tan tosco, acostumbrado al martillo y al yunque como todo aprendiz de narrador que se precie.

Pero entre bella y bestia a veces hay onda, o al menos un intento. La próxima te cuento de dónde salió este "poema":


No te vayas
porque me pierdo.
Seré un eco que
se disuelve,
rocío cuya muerte
es un recuerdo
brillante al mediodía.

No te vayas.
La tarde será un suplicio gris,
sabor de intemperie,
calendario que se
arrastra de rodillas,
una piedad que
nunca
llegará.

Morirá la tarde,
roja su agonía
que gotea por la
ventana,
roja mi cara contra
el vidrio,
negra la mirada
color de ausencia.

Ascenderá la reina glacial,
de gala blanca y
vanidosa, implacable
como una despechada.
Y sonreirá,
dulce y cruel,
espejo de tu boca
ya inalcanzable.

domingo, 2 de agosto de 2009

Puertas cerradas, ventanas abiertas


Un mezcladito. Primero lo concreto e inmediato: para fines de mes o principios del próximo estamos armando un evento poético-musical, Círculo de Escritores del Comahue y músicos invitados. Por el lado de la radio Galas, hubo un cambio de planes y ahora estaré la próxima semana, del 10 al 14 de agosto, Dios mediante.

En lo que respecta a las divagaciones... Hace un tiempo que suelo pensar en la mutación de las valoraciones artísticas. No me refiero a evolución: no es avance, creo; apenas se trata de un cambio, no sé si para bien o para mal.

En otros tiempos, la vara pasaba por el talento en su estado químico más puro. Para cantar, para pintar, para escribir, todo requería virtuosismo. Los músicos y cantantes de entonces generalmente sobresalían por la magia de sus voces o de sus dedos sobre teclas y cuerdas. Los pintores, por retratos que se pueden confundir con una foto. Los escritores, por esa maestría forjadora de las obras inmortales que se leerán hasta el fin de los tiempos.
Hoy día los criterios son otros. Sigue habiendo talentosos, claro, aunque en una peligrosa convivencia con aventureros, mercenarios, pompas de jabón, alucinados, temerarios y otras subespecies. Campea como verdad aquel título de disco:"Cualquiera puede cantar". El arte abstracto y algunas otras deformaciones han llevado a que, por ejemplo, se vea en un museo de indiscutido primer nivel un lienzo blanco... con dos círculos negros...sí, es tal cual y no me lo contaron, será por eso que pasaron diez años y aún me dura la estupefacción. Por el lado de la literatura...bien, gracias. Que hoy los editores sean empresarios debe tener alguna relación con fiascos y bodrios varios, eso sí, impecablemente publicitados.

¿Será bueno? ¿será malo? Me late que tiene más de lo segundo, desde que el arte ahora sirve a otros amos, tan distintos de sus naturales. También es cierto que no somos meras víctimas, sino que nuestro papel complementario de consumidores también inclina balanzas.

Es lo que nos toca. Dicho lo cual, es hora de pasar a lo bueno. Otro escritor, que por poco desconocía merced a mi conmovedora ignorancia, pero cuyo apodo siempre se pronuncia con respeto: Saki. Hector Hugh Munro, de él se trata. Birmano de nacimiento, inglés por imperialismo, apodado así por cierto y extraño mono que surge de un libro suyo. Murió joven y peleando en la Primera Guerra Mundial, aunque le alcanzó para inmortalizarse como un maestro de la narrativa.

Casualmente (causalmente), descubrí un cuento suyo por estos días, cuando merodea muy próximo otro aniversario de Saint-Exupery, Piloto de guerra como el título de uno de sus libros, desaparecido en acción en 1944, cuando cayó al mar tras ser derribado por un esbirro de la Luftwaffe.

El cuento al que me refería es éste. Espero sea de tu agrado.

miércoles, 29 de julio de 2009

"General Invierno"


Así llamaron al vencedor de Napoleón en tierra rusa; también al que arrasó las filas de la Wehrmacht nazi durante la demencial persecución de aquel espejismo llamado Moscú.

Por estos lados no causará derrotas pero sí una pequeña modificación en el diseño: colores e imagen, apenas eso. Debo confesar que tal vez haya arreglos en el corto plazo... o tal vez no.

Seguramente habrás notado que los cambios visuales vienen obedeciendo a un criterio climático. La idea es evolucionar hacia algo más consistente. Metáforas, por ejemplo. Veremos cuando y qué resulta.


lunes, 27 de julio de 2009

Réquiem para un sueño


El otro día, merced a una de esas casualidades providenciales, descubrí un cuento de un tal Dino Buzzati, nombre y apellido absolutamente nuevos para mí. Diez minutos después ya le había rendido mis reverencias y al mismo tiempo decidido que, cuando volviera por estos rincones, traería algo de él.

Hoy, en un resquicio de esta actualidad saturada y estrecha, aprovecho y cumplo el designio que me impuse. Después de todo, era mucho más célebre de lo que mi ignorancia me hacía suponer. Italiano como podremos imaginar, despertó a tiempo de la influencia familiar que lo había impulsado a estudiar Derecho para, antes de obtener el título, volcarse al periodismo. Como un correlato europeo de Faulkner, Buzzati decía de sí mismo que era apenas un periodista que a veces escribía ficciones. Vaya si estaba errado: el mismo Borges lo señaló como uno de los pocos escritores de su generación a ser recordados. Para leer el cuento, pulsá acá.

Aprovecho para anticipar una novedad en cuanto al diseño, a sucederse muy pronto.


domingo, 19 de julio de 2009

Más novedades del frente


Como es habitual, y a falta de un sitio específico, recurro a este espacio mío para promocionar las actividades del Círculo de Escritores del Comahue. Dada la gran cantidad de proyectos que nos espera en el corto plazo, aprovecho y te cuento un poco de qué se trata:

En primera instancia, retomaremos las asistencias al programa radial de Daniel Pizarro, en Radio Galas de Cipolletti. La mecánica de las visitas, posible gracias a la gentileza de Daniel, contempla un escritor invitado por semana. A partir de mañana ya hay un colega presentándose en el programa; en cuanto a mí, me toca la comprendida entre el lunes 17 y el viernes 21 de agosto.

Por el lado de los eventos, tenemos pautados: en la Legislatura de Neuquén, junto a los escritores de Plottier; una probable asistencia a un encuentro de escritores en Luis Beltrán; también, una noche de poemas y músicos invitados que estamos organizando para fines de agosto, aquí en Cipolletti. Insoslayable, claro, es la Feria del Libro de Cipolletti, que este año tendrá lugar entre el 15 y el 27 de septiembre. En cuanto a ella, ya tenemos stand confirmado y estamos diagramando presentaciones de libros, además de un ciclo de poesía erótica (a tono con el eje temático elegido por la Dirección de Cultura para esta edición: la sexualidad).

Ayer contamos con un nuevo integrante: el Dr. Augusto Ciruzzi, médico traumatólogo y autor de libros sobre la historia de nuestra ciudad, cuentos y poemas.

Tal vez me esté olvidando de algo, apuesto a que sí...Pero como el olvido está imposible de terco, me parece que me iré con la intriga a cuestas...No, ya está,me acordé. ¡La antología del C.E.C.! Marcha a ritmo sostenido, con viento a favor y todas las velas desplegadas. Estimamos que en los próximos meses, Dios mediante, estará publicada.

Ahora sí. Nos vemos pronto.

martes, 14 de julio de 2009

"Vendrá la muerte...


...y tendrá tus ojos", rezaba aquel increíble poema de Pavese.

El otro día ojeaba una página cuando vi, en un costado, la noticia destacada: "Murió el escritor platense Gustavo Bañez". La curiosidad, y para que negar un poquito de morbo, me llevó a ahondar y conocer, a leer y entristecer. El hombre, multipremiado, reconocido en su ciudad y seguramente más allá también, resultó para mi sorpresa el último eslabón del largo, larguísimo rosario de escritores suicidas.

A estas alturas, el lazo negro que vincula a quienes hacen de la escritura su aire con la autoaniquilación es casi un lugar común. Es que son demasiados. Tantas, también, son las causas que se han esgrimido para explicar el fenómeno. La propia naturaleza del oficio, que implica enfrentar nuestros peores demonios y servirse peligrosamente de ellos, escarbar en los fondos más recónditos y putrefactos de nuestro ser; quizás la toma de conciencia, súbita y brutal, sobre aquella tendencia que señalaba Roncagliolo, quien emparentaba a escritores con vampiros y los acusaba de "tener la necesidad de destruir lo que aman y amar lo que destruyen"; tal vez un pretendido escape de un mundo en el que muchos de esta especie nunca consiguen encajar. Hay más, claro.

Los peligros de escribir son sutiles. Sentados en una silla, a lo mejor parados a la usanza Hemingway, cautivados por una hoja o una pantalla blanca, así de inmóvil es el malabarismo sobre algunos abismos indecibles. Mas de uno, merced a las profundidades a las que accede su arte y también, de seguro, a ciertas condiciones personales, al escribir coquetea con la muerte. No cara a cara, mesa y café de por medio, como lo hace un bombero, un paracaidista, o los toreros según el imaginario del español medio. Más bien lo imagino como una relación a distancia, epistolar, y esos poemas serán al mismo tiempo un mensaje cifrado para la que espera, abstracta, venenosa, desmesurada. Decía abstracta y pensaba en la fragilidad de ese atributo: basta esa decisión breve, propia de la hora más solitaria de todas, para que la muerte deje de ser una idea y se convierta de golpe en un objeto concreto, un cable, un envase de pastillas abierto, un deformado pedacito de plomo.

Retomando lo de aquella noticia, se incluía la dirección de su página. Leí un par de entradas y puedo asegurar que la escritura de este hombre valía la pena. Mejor dicho, vale la pena. Absolutamente. Cada palabra resulta tersa, justa, rabiosa.

Como tantos otros exponentes de esta raza maldita y mágica, seguirá vivo a través de sus escritos y éstos, a su vez, encontrarán puertas que sólo la desaparición física de su autor suele ser capaz de abrir. Serán los pies que tendrá el alma del escritor, impresa por un lado e inalcanzable por el otro, para burlar al tiempo y las leyes naturales.