jueves, 30 de octubre de 2008

Encantadora ven a mí


"Es una palabra desprestigiada por los románticos. Yo no la concibo como un estado de gracia ni como un soplo divino, sino como una reconciliación con el tema a fuerza de tenacidad y dominio. Cuando se quiere escribir algo, se establece una especie de tensión recíproca entre uno y el tema, de modo que uno atiza al tema y el tema lo atiza a uno. Hay un momento en que todos los obstáculos se derrumban, todos los conflictos se apartan, y a uno se le ocurren cosas que no había soñado, y, entonces, no hay en la vida nada mejor que escribir. Esto es lo que yo llamaría inspiración." (García Márquez)

"(... ) uno tiene que ejercer el hábito de escribir para ser digno de esa visita ocasional o eventual de la musa, porque si una persona no escribe nunca, y se siente inspirada, puede ser indigna de su inspiración o puede no saber cumplir con ella. Pero si todos los días escribe, si está continuamente versificando, eso ya le da el hábito de versificar, y puede versificar lo que no sólo es versificación, sino poesía genuina." (Borges)

"Me gustaría poder explicar esa sensación de felicidad que me invade de tiempo en tiempo, como ocurre en estos momentos. Se trata de algo efervescente que me llena por entero con un suave y agradable cosquilleo, y que me persuade de que tengo capacidades, de cuya inexistencia puedo convencerme en cualquier instante y con toda seguridad, incluso ahora." (Kafka)

domingo, 26 de octubre de 2008

Vidas imaginarias...


...parecieran aquellas de los personajes, pero no lo son; podría ser también la del escritor, muerto a una edad dolorosamente joven.

Hoy leía un cuento de Dylan Thomas (casualmente, otro que partió temprano) y supe de ellos dos cuando los mencionó al pasar. Y hace un rato volví a cruzarlos en el título de otro relato, el que compartimos hoy. Son Burke y Hare, célebres criminales hoy perdidos en la bruma del tiempo y las islas británicas.

Quizás el olvido los vincule con el autor que mejor narró sus correrías de arcángeles exterminadores. Empero, merced a su talento, Marcel Schwob todavía titila en la oscuridad. Autor de ensayos memorables, brillante profeta de la narración corta, dejó a su desaparición (38 años) un ramillete de obras excepcionales, que luego influenció en nenes del calibre de Faulkner y Gide.

Para leer el cuento, click acá.

¿Novedades del Círculo de Escritores del Comahue y mías, decías? Algo hay, sí. Serán tema de una próxima actualización, pero te puedo adelantar que el CEC ya se apresta para la inminente Feria del Libro de Plottier, y parece que "Estrellas Blancas" se presenta nomás. Pronto hablaremos del asunto.

viernes, 24 de octubre de 2008

Carta de un joven poeta


En verdad no era poeta sino narrador, y uno de los mejores. El título no es más que un parafraseo de aquel libro de Rilke ("Cartas a un joven poeta"; me dijeron que es bueno), pero Chejov es de quien se trata.

Ahora bien, deseaba venir por acá pero carecía de ideas. Un comentario exclusivo para las novedades atinentes al Círculo de Escritores del Comahue no me seducía demasiado, considerando que en este momento no hay mucho que contar: las lecturas en Roca se pospusieron para el año que viene, por pedido de la gente del Centro Aime; ahora tenemos en la mira la Feria del Libro de Plottier, en dos semanas; y la presentación en sociedad de nuestro CEC, si Dios quiere antes de finalizar el año.

Necesitaba algo más, y husmeando por ahí la encontré. Una misiva suya, dirigida a Dmitri V. Grigoróvich. Un siglo y un cuarto han pasado desde que el maestro ruso la escribiera, pero en algunas cosas la siento tan vívida, tan actual, tan...


"Su carta, mi querido y buen bienhechor, me ha impactado como un rayo. Me conmovió y casi rompo a llorar. Ahora pienso que ha dejado una profunda huella en mi alma. [...]

Todas las personas cercanas a mí siempre han menospreciado mi actividad de escritor y no han cesado de aconsejarme amistosamente que no cambiara mi ocupación actual por la de escritor. Tengo en Moscú cientos de conocidos, entre ellos dos decenas que escriben, y no puedo recordar ni a uno sólo que haya visto en mí a un artista. Tras cinco años de deambular por los periódicos he logrado compenetrarme con esa opinión general de mi insignificancia literaria. En seguida me acostumbré a mirar mis trabajos con indulgencia y a escribir de manera trivial. Esa es la primera razón. La segunda es que soy médico y siento una gran pasión por la medicina de modo que el proverbio sobre las dos liebres [“El que sigue dos liebres, tal vez cace una, y muchas veces, ninguna”] nunca quitó tanto el sueño a nadie como a mí. Le escribo todo esto sólo para justificar un poco ante usted mi gran pecado. Hasta ahora he mantenido, respecto a mi labor literaria, una actitud superficial, negligente y gratuita. No recuerdo ni un solo cuento mío en el que haya trabajado más de un día. "El cazador", que a usted le gusta, lo escribí en una casa de baños. He escrito mis cuentos como los reporteros que informan de un incendio: mecánicamente, medio inconsciente, sin preocuparme para nada del lector ni de mí mismo... He escrito intentando no desperdiciar en un cuento las imágenes y los cuadros que quiero y que, sabe Dios por qué, he guardado y escondido con mucho cuidado. [...]

Disculpe la comparación, pero ha actuado en mí como la orden gubernamental de “abandonar la ciudad en 24 horas”, esto es, de pronto he sentido la imperiosa necesidad de darme prisa, de salir lo antes posible del lugar donde me hallo empantanado... Estoy de acuerdo en todo con usted. El cinismo que me señala, lo sentí al ver publicado "La bruja". Si hubiera escrito ese cuento no en un día, sino en tres o cuatro, no lo tendría... Me libraré de los trabajos urgentes, pero me llevará tiempo... No es posible abandonar el carril en el que me encuentro. No me importa pasar hambre, como ya pasé antes, pero no se trata de mí. Dedico a escribir mis horas de ocio, dos o tres por día y un poco de la noche, esto es, un tiempo apenas suficiente para pequeños trabajos. En verano, cuando tenga más tiempo libre y menos obligaciones, me ocuparé de asuntos serios.

No puedo poner mi verdadero nombre en el libro, porque ya es tarde: la viñeta ya está preparada y el libro, impreso. Mucha gente de Petersburgo me ha aconsejado, antes que usted, no echar a perder el libro con un pseudónimo, pero no les he hecho caso, probablemente por amor propio. No me gusta nada mi libro ["Cuentos abigarrados" se publicó bajo el pseudónimo de Antosha Chejonté]. Es una vinagreta, un batiburrillo de trabajos estudiantiles, desplumados por la censura y por los editores de las publicaciones humorísticas. Creo que, después de leerlo, muchos se sentirán decepcionados. Si hubiera sabido que usted me lee y sigue mis pasos, no lo habría publicado. La esperanza está en el futuro. Sólo tengo 26 años. Quizás me dé tiempo a hacer algo, aunque el tiempo pasa deprisa. Le pido disculpas por esta carta tan larga. [...] Con profundo y sincero respeto y agradecimiento."

lunes, 20 de octubre de 2008

Siete el número de la suerte


Casualmente, hace un rato recordé que un día como hoy, siete años atrás, se presentaba por primera vez "Estrellas Blancas". Y para acrecentar las coincidencias, hoy al mediodía iba para cierto asunto y pasé frente al lugar de aquella vez: la biblioteca "Bernardino Rivadavia" de Cipolletti.

Desde entonces recorrió varias ciudades y ocasiones: las primeras ediciones de la Feria del Libro cipoleña; El Chocón; Neuquén capital; la Feria del Libro de Buenos Aires; y quizás se me esté escapando alguna más. También integró planes de lecturas en colegios secundarios de la ciudad, cosa que siempre me resultó un poco increíble pero muy gratificante.

Hace bastante que "Estrellas" dejó de presentarse, pero actualmente considero una más. Es consecuencia de la voluntad del Círculo de Escritores del Comahue de apoyar a la naciente Feria del Libro de Plottier, con presentaciones de todos sus miembros participantes. Además, sería un bonito broche para tanto camino que ha recorrido, poco después de su séptimo aniversario y probablemente junto a Amelia, quien condujo su bautismo de fuego. Visto así, no estaría mal una última función, llena de simbolismos y justo cuando la gestación del segundo libro empieza a cobrar impulso.

Estimo que en los próximos días deberíamos tener confirmaciones, tanto para este evento como para los otros que el CEC tiene agendados. Desde luego, te estaré avisando enseguida.

domingo, 19 de octubre de 2008

Balada para un loco


"El autor, como todo el mundo, está disperso en la humanidad, pero al tomar consciencia de ello a través de sus personajes, incursiona por ellos en los recodos más insospechados de su personalidad.

Por algo es el enorme porcentaje de escritores suicidas, locos o por lo menos con una enorme fragilidad en sus mecanismos de relación.

En la contratapa de uno de mis libros escribí una vez: Un escritor es un traidor a su mundo y a su tiempo, un delator que señala, que denuncia, que delata a sus amigos, a su familia, a su país, a sí mismo, sus costumbres, sus miedos y sus hábitos, y así como un escritor de su tiempo no es aquel que permanece en su tiempo sino aquel que se adelanta a su tiempo, el escritor está señalando con su denuncia el incierto camino del futuro." (Dalmiro Sáenz)

martes, 14 de octubre de 2008

Sobre héroes y tumbas


"Buenos Aires es la capital de un imperio que no fue", dijo Huxley alguna vez. Supongo que aún hoy, a la hora del té en los salones lustrosos del Primer Mundo, deben murmurarse comentarios similares, oscilantes entre el asombro y la incomprensión. Caso raro el nuestro, historia extraña y neurótica la de esta querida tierra, bendita y maldita a la vez. Es la crónica de bronce y lata de un infierno celeste, un cielo en llamas, un jardín donde coexisten rosales con flores mortuorias y plantas venenosas.

Una patria de luces y sombras, amante de los extremos, necesariamente tiene un pasado a tono. Y los escribientes de esta historia bipolar, quienes la redactaron con sus sables y sus plumas, por lo general están lejos de la versión inmaculada de la escuela primaria. Otros, olvidados y obviados por la escolaridad, quizás por la imposibilidad de maquillar excesos indisimulables (o vaya a saberse bien por qué razón), resucitan un poco cuando nos preguntamos, al verlos en la chapa de alguna calle, quiénes fueron o qué hicieron en la infancia violenta de nuestra nación. Uno de ellos es Hipólito Bouchard, y su vida sin tapujos es la que relató Osvaldo Soriano en "La Argentina invade California". Este relato forma parte de su libro "Cuentos de los años felices", y accedés a él clickeando en el título coloreado.

¿La imagen? Se llama "El nacimiento del fuego". Desconozco la identidad de su autor, pero lo que expresa me pareció vinculado de alguna forma, aun mágicamente (como diría Borges), con el tema de hoy.
¡Hasta pronto!

jueves, 9 de octubre de 2008

El día después de mañana


Sí, pasado mañana: tercera reunión del Círculo de Escritores del Comahue. Últimamente habrás notado que proliferan las reseñas y noticias del CEC, pero es que sus acontecimientos marchan rápido. Además, todavía no hay página/blog del Círculo, así que la promoción virtual de sus quehaceres recae momentáneamente por acá. Pronto tendremos (como antes de esta hermosa locura) reseñas de autores, cuentos, etc.

Hagamos un paneo. En estos días recientes llovieron buenas noticias: ayer salió publicada una nota en el diario Río Negro (para leerla, click en el texto coloreado), que ya mismo ha tenido repercusión; hay una alta probabilidad de que el otro fin de semana empiecen nuestras lecturas en el Centro Cultural Aime (General Roca); y según nos dijo la gente de Cultura de Plottier, la Feria del Libro se hace y en la fecha que se había pautado en su momento (7, 8 y 9 de noviembre). Todavía el CEC no tiene un mes de vida y tanto movimiento nos llena de alegría, esperanza, ganas. De fuerzas para ir por todo.

Sobre mí... Bueno, decidí dormir aquel cuento que te comenté el lunes. La cuestión se estaba poniendo ríspida, y para mejor se me cruzó otra idea. Leyendo una revista en un consultorio encontré una historia que me llamó la atención. Era el trasfondo del enfrentamiento entre Lasker, matemático alemán que fue campeón del mundo de ajedrez por más de dos décadas, con Capablanca, el mítico prodigio cubano. Resultó ser una historia apócrifa, pero de todos modos me sedujo lo suficiente como para abordarla, aunque con algunos cambios. Y en eso estamos hoy por hoy.

En los próximos días habrá un cuento. Lo prometo.

lunes, 6 de octubre de 2008

¡Feliz cumple!


Fin de semana de cumpleaños. Precisamente, ciento cinco pirulitos. Fue el viernes, pero los festejos por otro aniversario de nuestra preciosa Cipolletti tuvieron lugar ayer. Lindo desfile, bonitos numeros musicales, y un clima que acompañó luminoso.

Las novedades más salientes de este último tiempo pasan por el Círculo de Escritores del Comahue. Además de que este sábado es la próxima reunión (ver info al costadito), hay datos actualizados sobre los eventos a los que hemos sido invitados. La Fiesta del Libro de la Legislatura neuquina (pautada originalmente para el 17 de octubre), ha sido postergada por cuestiones organizativas; la Feria del Libro de Plottier entró en terreno algo inestable, pero como aún queda un mes seguramente todo saldrá bien.

Lo concreto, hoy por hoy, es la lectura de trabajos en el Centro Cultural Aime, de General Roca. Sería durante este mes de octubre, y las fechas exactas estarán fijadas en el corto plazo, una vez que el presidente del CEC acuerde con la gente de Aime.

En cuanto a mí... En plena pelea con un cuento, inconcluso desde la prehistoria. La idea es antigua, pero recientemente se me ocurrieron algunas modificaciones. El desafío resultante es tan emocionante como difícil. Veremos si puedo con él.

Por lo pronto, es todo por hoy. ¡Nos vemos pronto!