miércoles, 31 de diciembre de 2008


Otro año que ya se va, otro año que compartimos juntos. En líneas generales, diría que fue muy bueno (a feliz contramano del horripilante 2007).

No te asustes, no haré un recuento de los puntos salientes. Aunque, ya que estamos, podría referirme al tema literatura... En ese aspecto, este año ha sido estupendo. Una novela, parida luego de que me pateara el cráneo durante meses sin fin; los borradores del segundo libro casi listos; la participación en el CEC... También leí varios libros, finalmente, cosa que parece nimia pero venía de un largo cautiverio a manos de intragables biblioratos técnicos. No todos los que hubiera querido, claro, pero algo es algo.
En fin, creo que son buenos augurios para la nueva etapa que comienza en unas horas nomás.

Como no hay mucha cuerda para discursos alusivos, queda agradecerte tu compañía, que es la que da sentido a todo esto. Mis mejores deseos están con vos, en este día tan especial, para que tengas un 2009 de grato amanecer y muchos sueños concretados en su transcurso.

¡Hasta el año que viene!

miércoles, 24 de diciembre de 2008

Natividad


Es en los prolegómenos de la Navidad cuando se cumplen las promesas. Al menos éstas, también neonatas, nacidas hace pocos días.

Aun para los no creyentes, estamos en tiempo de esperanza, de expectativa arrobadora ante un capullito que dulcemente se va abriendo. Cantarines campean los buenos deseos, los augurios brillantes. ¿Qué más decir? Si el significado del día inminente es una vela de llama inconmovible, como espíritu, que nos entibia el pecho. Hay veces que las palabras sobran, y ahora siento que transitamos una de ellas.

Hoy te traje lo prometido. Es de Mujica Láinez y habla de los Reyes Magos, sí, pero también del Nacimiento, de la luz, del milagro. Pensaba reponer aquel de Wilde, pero encontré éste y me hechizó su poesía, el aroma que emanan las palabras al acariciarse unas a otras, como bordando pétalos con la punta de los dedos. Pero el otro también es precioso, por lo cual hoy no tenemos uno sino ¡dos! cuentos. Pulsando sobre los apellidos de los autores accedés a sus relatos.
Dicho todo esto, sólo me queda desearte un momento feliz, lleno de paz, en compañía de tus seres queridos.


Antes de fin de año volvemos a encontrarnos. ¡Felicidades!

domingo, 21 de diciembre de 2008

La Mañana


En dicho diario apareció hoy una nota sobre la presentación del Círculo de Escritores del Comahue (para leerla clickeá en el texto coloreado) realizada el jueves. Mil gracias Gla, en nombre mío y de mis compañeros, por tu presencia en el evento y la nota. Y a título personal, gracias por tu amistad.

Como anticipé, en los próximos días colgaré un cuento. Bueno, al menos esa es la idea.

sábado, 20 de diciembre de 2008

Aurora


Los pasos anteriores. Las reuniones, los proyectos, la participación en la Feria de Plottier. Sí, aurora: profecía del amanecer, capullo rosado y bautismal, primera grieta blanca en la oscuridad.

Anoche nació, finalmente, furioso de luz. Como te había anticipado, tuvo lugar la presentación formal del Círculo de Escritores del Comahue. Ante una sala llena, que siguió atenta el desarrollo, leímos y recitamos extractos de nuestra obra: cuentos, poemas, representaciones. Creo (y lo digo con la mayor objetividad posible) que salió bastante bien; que resultó agil, cálido, hasta emocionante por momentos. Siento que es un buen augurio, un inicio promisorio para nuestro anhelo de efectuar presentaciones como ésta cada tanto, tres o cuatro meses. Pero ya estamos entrando en el mañana.

Aquí y ahora, es tiempo de agradecer. A quienes pusieron el hombro y el corazón: Jorge Larrigaudiere y su fantástica Orquesta Juvenil de Cámara, por el compromiso y la pasión con la música, brillantes en el acompañamiento; a Marcia, Cecilia, Matilde y Leticia, por compartir la magia de sus pinceles; al señor presidente del Concejo Deliberante de Cipolletti, Abel Baratti, por sus palabras elogiosas. Y GRACIAS, así en mayúsculas, a cada uno de los tantísimos asistentes, por su atención, su silencio respetuoso, su aplauso, su compañía. Es el lector a quien se le consagra esa ofrenda de alma, sueño y sangre que resulta la literatura.

Parafraseando aquel villancico de cancha que rezaba "ya se acerca Nochebuena, ya se acerca Navidad" (es una parte, sabrás que la continuación no suele ser muy decorosa), bordeamos el final de este año, y el Círculo de Escritores del Comahue también se pliega al descanso festivo propio de la época. Por eso este evento, que fue el primero de su historia, es también su última actividad del 2008. Queda algún encuentro, interno y social, que aquí no merecerá más que esta mención. Dudo que te interese el recuento de panes dulces ingeridos y las botellas de sidra (o demás combustibles) que serán pasadas por las armas, por lo que volverás a tener novedades del CEC recién el año próximo.

En cuanto a mí... Ahora transcurren los rounds finales del combate con el embrión de mi postergado segundo libro. Estimo que con dos o tres cuentos más tendría los andamios listos; después, sí, la corrección: esa cirugía sangrienta, demasiado cuchillo y tan poca anestesia... pero otra vez estamos pispeando el futuro, inestable y caprichoso como él solo. Un detalle: creo que ya tengo el título para imponerle.
El plan para la venidera decena de días subsiguiente, en cuanto a esta página, contempla un par de actualizaciones más, relajadas y displicentes ellas. En la previa de la Navidad espero colgar algún cuento.
¡Hasta entonces!

jueves, 18 de diciembre de 2008

Presentación

"CIPOLLETTI (AC).- Con un programa de actividades con música, plástica y la lectura de poesías, el recientemente creado Círculo de Escritores del Comahue se presentará formalmente hoy, a partir de las 21, en la Asociación Española de esta ciudad. El encuentro cerrará con la presentación de la Orquesta Juvenil de Cámara dirigida por Jorge Larrigaudiere. Luego de las palabras de apertura, la música se alternará con la lectura de trabajos de los miembros del círculo. Estarán "Cacho de Cipolletti"; los poemas de Alba Burgos, Ramón Oliva, Antonio Pérez Bambill, Aquilino Jofré y Pilar Barreto. También, Héctor Delmas, Manuel Plaza, Matías Stiep y Amelia Lacuenteguy.
Por otra parte, las artistas plásticas Marcia Cávolo, Cecilia Renzetti, Matilde Toschi y Leticia Restuccia presentarán sus obras, y los creadores de la revista Nortensur de poesía mostrarán su tercera edición." (Fuente: Diario Río Negro)

martes, 16 de diciembre de 2008

El túnel


Qué libro feo. Que me perdonen los acólitos de Sábato, pero intuyo que aun cuando ya aprestan maderas para la hoguera admiten en silencio lo espeso de la prosa. Tengo un recuerdo de natación en el petróleo, de jungla enmarañada. Empero, esta blasfemia fue casi gratuita, un mero prólogo para otras cuestiones más pedestres que el análisis literario (o intento de).

También se trata de túneles, pantanos negros, espesuras indescifrables. Jardines sombríos, encarcelados por paredones glaciares. Casitas para muñecas tenebrosas, de esas que te miran desde la repisa cuando se apaga la luz, con los mismos ojos de los espectros perseguidores que ahora andan cerca, apretando el acecho, ajustando el nudo de la horca. En la oscuridad sus miradas juegan a los cometas, y la luz del día me enseña la provocación de sus huellas demasiado próximas, ahí nomas, jugueteo con el que los lobos preludian la masacre.
Al igual que todos los fantasmas, son amigos de la penumbra, no sólo encubridora fiel de sus perversidades sino también mensajera de su presencia. Ella y ellos disfrutan insinuar que están ahí, rondando, rastreándote, cebados por la angustia, vampiros de tu desvelo, del vértigo con el que se amontonan tus pensamientos...

Sí, mucha sutileza. Demasiada, tanta que empalaga. Pero me resulta entretenido mostrar la profundidad apenas protegida por un prisma esmerilado y loco, uno que propone todas las interpretaciones y ninguna a la vez. Ahora somos cómplices, por un secreto musical. ¿No es divertido? Además, el cuento recién va por la mitad, lo que equivale al nudo, al conflicto. Qué sugerente...

Hablando de otro tema, te recuerdo que pasado mañana es la primera presentación del Círculo de Escritores del Comahue. Más información en la entrada anterior y a la derecha de tu pantalla.
Contamos con tu presencia, ¿contamos con tu presencia?
(Lo leo y me parece escuchar a la Oreiro en aquella propaganda de Greenpeace)

martes, 9 de diciembre de 2008

Dos veces nueve


Me colgué un poco. Hora de saldar mis deudas, supongo.

A esta altura lo de la Feria de Plottier me parece que está prescripto, pero el CEC aún tiene novedades importantes. El próximo jueves 18 se hará su presentación en sociedad, la que tendrá lugar en la Asociación Española de Cipolletti (calle España 262), a las 21 horas.

Haremos una lectura de cuentos breves y poemas (cinco minutos como máximo para cada integrante), con el acompañamiento musical de la Orquesta Juvenil de Cámara de Cipolletti y de la concertista de arpa Marilú Mainetti. Además, se expondrán obras de artistas plásticos locales . Una vez concluido el evento, se ofrecerá un brindis para los presentes.

La entrada es libre y gratuita. Lo único que pedimos encarecidamente es puntualidad, dado que el programa está calculado para terminar a las 23 horas aproximadamente.


Por otro lado, hoy nueve la primavera cumple su primer mes.
Sin sospecharlo te encontré, imposible y luminosa, en medio de tanta nieve. Gracias por ser la guía de mi pluma, por el amanecer, y por tus ojos.





miércoles, 3 de diciembre de 2008

Manual de perdedores


Es otro título de libro, como varios de los que nombran actualizaciones de esta página. En el caso puntual, uno de Sasturain que aún no he tenido el gusto de leer. Y es un lugar común, casi como aquello del "payaso triste", el de pensar a un escritor como un perdedor en la vida cotidiana, por lo menos en el sentido melancólico de la palabra. Tal vez sea una teoría abonada por la infinidad de tragedias, desatinos y desventuras que consignan los biógrafos.

Suele sindicarse a las derrotas como las mejores maestras, y a veces pienso que ellas también son el terreno más fértil para plantar las semillas de un poema o cuento. Aunque más no sean derrotas mínimas, futuras anécdotas de media sonrisa, no importa: todo sirve. Sobre esto escribió Pedro Mairal en una columna del diario Perfil que dice así:

Furia importada

Vi al chico de McDonald's olvidarse mi pedido por la mitad. Siempre les tengo paciencia. Estar todo el día con esa gorrita sonriendo... Me acuerdo de los cuentos de mi amigo Lucas, que trabajó en el McDonald's de Núñez cuando estábamos en la facultad. Así que, en general, me aguanto. Los espero. Lo vi empezar mi pedido: metió los dos vasos en la máquina de gaseosas, y por puro taylorismo -porque les enseñan que ya que vas a la cocina podés llevar las bandejas sucias, etc.- quiso aprovechar los diez segundos que tardan los vasos en llenarse y se dio vuelta, miró otra bandeja vacía con el ticket en espera y se distrajo. Se metió en otro pedido. Y mi McNífica ya estaba lista ahí. Pero aguanté. Le mostré a mi hijo que salía filmado en la cámara de seguridad y me puse a mirar los cartelitos. Crew del mes. Ya no es más empleado del mes. Ahora es crew. Un término náutico, supongo. Esos monosílabos inventados hace siglos por vikingos que tenían mucho frío y apenas podían abrir la boca y decían snow, wind, whale, storm, death. Crew. Tripulación. También debe significar personal. Pero evitaron empleado. La manera en que McDonald's avanza en el habla popular. Teorías paranoico-lingüí sticas, la sospecha de que la palabra sorbete la metieron ellos. ¿Quiere un sorbete? El miedo a decir pajita. Esa pequeña masturbación. Allá tiene los sorbetes, señor. Y ahora dicen sorbete hasta los quiosqueros peronistas. Hay que ver qué pasa con crew. Ahí está el cartelito con la cara de un adolescente. Empleado del mes les suena feo. Seguro que quieren evitar empleada del mes. Les debe sonar a mucama. Como mis amigos más solventes que trabajan en bancos y no son ni banqueros ni bancarios, entonces dicen trabajo en banking. Y yo les digo que el colectivero trabaja en bonding, y el tachero en taxing.

El pibito seguía facturando pedidos y alineando bandejas vacías con tickets y yo ya había pasado hacía rato de la fila de los que esperan ser atendidos a la fila de ¿puede ubicarse por este costado por favor?, y estaba a punto de pasar a la tercera fila límbica de los que piden algo fuera de catálogo como un huevo frito en medio de la hamburguesa, y quedan flotando fuera de sistema en una espera atemporal. Mi hijo ya había ido a buscar sorbetes y servilletas obedeciendo a la ansiedad taylorista de su padre. Y salían los otros pedidos, circulaban las familias felices con bandejas rebosantes. Y ya casi no aguanté más. Me pregunté si, al traer para acá los Starbuck's y los Dunking Donuts, nos traen también al loquito detonado que en esos locales ametralla a quince. Un día de furia importada. Pero no me detoné, me puse a pensar estas cosas, las intuí al mirarme como de lejos, como visto por la cámara de seguridad. Mi hijo y yo esperando. Y todo me pareció escribible. Todo. Hasta los pliegues más insignificantes, íntimos y ridículos de mi destino sudamericano. No exploté. O exploté para adentro en una especie de felicidad secreta. La literatura. La venganza de los losers. Esto lo voy a escribir. Y entonces le dije con bastante buen tono: ¿No me armás este pedido que ya estoy esperando hace un rato? Y me lo armó. Y pude tratar bien a este futuro crew del mes, que al fin y al cabo es mi amigo Lucas, profesor de Griego y de Latín, cuando trabajaba en el local de Núñez. Pero qué sería de mí sin la descarga verbal, sin las ráfagas de constelaciones sintácticas. ¿Qué veneno se me iría acumulando en la sangre si no fuera por este lento Tai Chi que voy haciendo con la lengua?


Y si hablamos de perdedores, de los entrañables, referencia obligada (al menos acá) es Osvaldo Soriano, especialmente por su "Cuentos de los años felices" que tan caro nos resulta a quienes habitamos estos rincones del mundo. Porque en casi todo el libro habla de otro tiempo suyo pero de estos lugares que lo vieron crecer (incluídos aquel árbol y su casa cipoleña, donde hubo una placa en su honor... que alguien se robó). Y en las fotos amarillas del desierto que nos va mostrando, encontramos que algunas cosas no han cambiado a pesar del tiempo y del viento que pareciera llevarse todo. He aquí otra de esas historias, suyas pero también un poco nuestras.

¿Yo? Te sigo debiendo lo de Plottier, y lo del CEC te lo contaré pronto. Al menos, a la derecha de tu pantalla podés pispear de qué se tratan las novedades. Peor sería nada, ¿no?

viernes, 28 de noviembre de 2008

Elogio de la locura


"Todo lo bueno llega para aquellos que saben esperar", decían en una película que vi mil veces. En este caso no esperaba por decisión, sino por carencia, y también por cierta pereza. Hace mucho tiempo que quería colgar un cuento de Dalmiro Sáenz, pero no encontraba por ningún lado y la idea de tipearlo me espantaba (suelen ser bastante largos). Se trataba de uno en especial, uno que fue el primero suyo que leí, que fue el que más me gustó de todos ellos... y que me tomé el atrevimiento insolente de continuarlo con uno mío terminado recientemente.

Pero hablemos de Sáenz. Hace años que lo conocía, de verlo alguna vez en televisión o leer entrevistas suyas, pero entonces no por su literatura. Es que los periodistas lo buscan desde siempre, guiados por ese instinto de tiburón para la sangre que en este caso sería la polémica, la opinión sin ningún filtro. Adoran a Sáenz porque es irreverente, desopilante, un viejo loco que puede empezar una anécdota diciendo "una vez yo estaba detenido en una comisaría...", o bien postular sin empachos que "Soy lo que la gente llama un inculto. Nunca estudié nada, hice solamente hasta tercer año. Me molesta mucho el estudio. Es el despotismo ilustrado de nuestra época. Que a una persona se le obligue a aprender cosas de otro, me molesta mucho. Einstein tiene una frase muy linda, que dice: "Nunca gasto mi inteligencia en algo que puedo encontrar en un libro". ¿Por qué aprender de memoria una cosa que otro estudió por mí?. Yo quiero aprender cosas mías. Noto que los chicos son muy sabios en eso, a un alumno de un colegio nacional le preguntás quién fue Carlo Magno y no tiene la menor idea, a pesar de haberse sacado 10 en el examen. Pero, en cambio, no se olvida de andar en bicicleta, porque son cosas verdaderas de él. Lo que pasa es que el mundo de afuera lo obliga a aprender cosas a trompadas. Nuestro sistema entrena la memoria y no la creatividad."

Años después descubrí la otra faceta, la verdadera, y este escritor, el de la eterna soltura de cuerpo que le hace confesar "haber leído tan poco" (quizás porque "si un escritor es malo no me dan ganas de leerlo, y si es bueno me da envidia"), se me reveló como un maestro, dotado de una percepción finísima para decodificar la matriz de las emociones más hondas, más sutiles, más humanas. Por si fuera poco, también cuenta con recursos narrativos de una originalidad y una potencia que no abundan.

Sí, te sigo debiendo lo de Plottier y las últimas novedades del CEC. Pero finalmente encontré cuentos de Sáenz (varios), y para agarrarlos la mano debió largar cualquier otra opción. Hoy, entonces, tenemos aquel que fue el primero y el mejor, y para leerlo tenés que hacer click acá.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Una magia modesta


"Henry James se preguntó por qué escribía Flaubert si le dolía tanto... La crítica es aparentemente justa (sólo aparentemente, pero de cualquier modo para este párrafo sirve). A mí me divierte escribir, aunque muchas veces las vacilaciones que tengo al hablar se me corren a la pluma. Las venzo. El placer de inventar es grande; también el de lograr una página satisfactoria. Mis relativos aciertos me bastan para decir que me gusta esta profesión, que me gusta inventar, que me gusta haber inventado historias y tener otras para escribir.

Me atrevo a dar el consejo de escribir, porque es agregar un cuarto a la casa de la vida. Está la vida y está pensar sobre la vida, que es otra manera de recorrerla intensamente.

Además, escribir es un intento de pensar con precisión. Debo admitir sin embargo que de vez en cuando se presentan situaciones en que tenemos que elegir dos caminos; quizá, por extraño que parezca, entre el amor (léase matrimonio, vida familiar) y seguir escribiendo. Es probable que esa mala fama de la literatura, que la muestra como negación de la vida, se deba al clamor de personas abandonadas.

Pero la literatura no es una imposición, es un placer. Escribí un libro de ensayos al que llamé La otra aventura porque reúne ensayos sobre literatura, sobre libros. Una aventura es la vida, la otra -al menos para mí - son los libros.

Hubiera querido ser jugador de fútbol o boxeador -boxeador me gustaba más, porque me parecía más contundente- o campeón mundial de tenis o de salto de altura. Pero inexplicablemente, cuando sentía que algo me conmovía, pensaba en escribir. No sé por qué, ya que tiendo a descreer que estas cosas vengan con uno; sospecho que todo lo recibirnos y que todo es educación en la vida. Lo cierto es que para enamorar a una prima que no me hacía caso pensé en escribir un libro parecido al de un autor que le gustaba a mi prima. Así, a los seis o siete años, intenté escribir por primera vez. Después me gustó la idea de inventar cuentos policiales y fantásticos, y sin que mis amigos se enteraran, escribí una historia que se llamaba "Vanidad".

Después de eso descubrí la literatura. Y entonces me puse a escribir y a leer. Digamos que desde los doce hasta los treinta años leí realmente mucho. Traté de leer toda la literatura francesa, toda la española, toda la inglesa, la americana, la argentina, la de otros países europeos, un poco de la alemana, de la italiana, de la portuguesa, de la japonesa, de la chilena, autores persas, en fin: traté de cultivarme como esos norteamericanos que hacen todo por programa; quise leer todo. Y mientras leía todo, al mismo tiempo quería escribir. Y los libros que yo escribía desagradaban a a mis amigos. Cuando salía un libro mío los amigos no sabían cómo tratarme; querían disimular y se les veía en la cara el disgusto. Yo les daba la razón, pero creía en mi próximo libro.

Todo aquello fue bastante penoso; yo sentía mi incapacidad de escribir libros aceptables como una derrota de mi inteligencia. La verdad es que producía algo que a nadie gustaba. A mí tampoco. Me gustaba mientras escribía; después, no. Lo que sí me gustaba era la literatura; sentía que ésa era mi patria y que yo quería participar de su mundo. Probablemente pensaba que no bastaba con ser lector para entrar en la literatura. Muchas veces me dije que, de haber sido una persona un poco más sensible, yo hubiera dejado de escribir, porque escribía un libro y todos mis amigos -y después Jorge Luis Borges- me miraban con cara de tristeza y de preocupación, como pensando: "¿Qué le digo yo a éste?" Pero quizás aprendí a escribir gracias a esos errores.

No sé, no podría decir cuál fue mi primer intento literario, pero sé que cuando mi prima no me quiso me puse a escribir para exaltar mi dolor.

Yo escribí para que me quisieran; en parte para sobornar y, también en parte, para ser víctima de un modo interesante; para levantar un monumento a mi dolor y para convertirlo, por medio de la escritura, en un reclamo persuasivo. Todo eso precedió a los pésimos libros publicados, que fueron seis, además de cuatro o cinco novelas inconclusas.

Leía buscando la literatura, y escribía buscando la literatura cuando concluía mis cuentos, por un tiempo creía haber hecho literatura, creía haber acertado. Después, cuando publicaba el libro y mis amigos lo leían, llegaba el desencanto, si antes yo solo no lo había encontrado... Con La invención de Morel, una historia que no quería malograr, llegó la gran oportunidad de ponerme a prueba. Recordé el consejo de mi padre de pensar en lo que uno está haciendo, y procuré escribir con la atención bien despierta. Antes de la publicación del libro aparecieron capítulos iniciales en la revista Sur, las reacciones de algunos lectores fueron las primeras buenas noticias sobre escritos míos que recibí en la vida. Tuve una módica sospecha del triunfo, pero aún no me sentía seguro. Me preguntaba si los hombres sabios no descubrirían errores y torpezas en la novela. Con el tiempo, en un cuento que se llama "El ídolo", se me soltó la mano.

Pienso que escribir es una profesión aunque el prójimo no lo crea. Para mí fue siempre una profesión. Es, además, lo que he estado haciendo a lo largo de la vida.

Escribir por encargo es una forma, no la única, de escribir profesionalmente. Por si alguien piensa que escribir por encargo es, de un modo inevitable, algo indigno, recordaré que el Doctor Johnson, uno de los críticos de los escritores más extraordinarios, dijo en una oportunidad "Sólo un badulaque escribe por placer". Él escribía por necesidad, por dinero, y lo hacía admirablemente.

En principio no veo nada objetable en que un editor encargue una biografía para su colección de biografías o una novela para su colección de novelas. Hay buenos escritores indolentes que sin la compulsión del encargo dejarían muy poca obra. Quizá Johnson fuera uno de ellos. No voy a negar que a veces el pedido de escribir por encargo irrita al escritor. Por ejemplo, cuando le llega a uno estando desbordado por el trabajo; o cuando le piden algo ajeno a sus gustos o preocupaciones, como que escriba el libreto para una ópera a un escritor a quien las óperas no gustan. Cuando Lord Byron escribía "Don Juan", su editor, que no aprobaba ese poema, le propuso que escribiera un largo poema épico. "Odio hacer deberes", replicó Byron, y rechazó la propuesta.

Se empieza a escribir porque se tienen ganas y posibilidades de hacerlo, pero es una verdad que pensamos con particular convicción después del Romanticismo. Los escritores que escribieron para ganarse la vida, y que escribieron bien, son innumerables. Yo veo en ello una prueba de que la inteligencia escapa a las circunstancias y, en definitiva, se impone.

Cuando me preguntan que de dónde saco las ideas siempre respondo lo mismo. Si usted se dedica a escribir, el tiempo le dará la respuesta. Creo que la mente del narrador vive en una actitud que le permite descubrir historias, aunque estén ocultas; por lo general, para eso está despierta. Si escribo poco, se me ocurren menos historias que si escribo mucho." (Adolfo Bioy Casares)

jueves, 20 de noviembre de 2008

El secreto del fuego


Múltiples novedades sucedidas en estos días incendiarios:

Por el lado del CEC, y luego de la excelente repercusión obtenida en la Feria de Plottier, ya estamos en los preparativos para su presentación en Cipolletti. Dios mediante será a mediados de diciembre, hipotéticamente en el salón de la Sociedad Española (ya se iniciaron las gestiones para conseguirlo). Está previsto el acompañamiento musical de la Orquesta Juvenil de Cámara de la ciudad y de la concertista de arpa Marilú Mainetti (quienes estuvieron con nosotros en Plottier); también hay conversaciones con artistas plásticos locales para exponer sus obras durante el evento.

Iba a comentar algo sobre mí, pero mejor no. A fin de cuentas, será mejor referirlo cuando termine de pelear contra ese cuento y no ahora, cuando el enfrentamiento se ha vuelto pastoso y de pronóstico difícil.

Pasemos mejor a la lectura. Hoy te traje otro cuento de Marcel Schwob. Sí, aquel de la muerte pronta y la sepultura de hojarasca; pero también el orfebre de virtuosismo cristalino, pintor de cuentos que parecen poemas.


viernes, 14 de noviembre de 2008

El Lago de los Cisnes


El domingo, cuando íbamos para la Feria de Plottier, escuché una historia preciosa. Sí, te había dicho que te contaría de la Feria... pero puede ser la próxima, ¿verdad?.

Cómo llegamos a esa historia, no sé; sí recuerdo claramente la escena, el momento. Habíamos dejado Neuquén atrás, pero no a un sol enfurecido que lo aplastaba todo. Hablábamos de literatura, o quizás de algún recuerdo, y fue entonces que Antonio empezó a contar sobre ellos dos. Lo escuchamos en silencio, arrobados; y yo recordé lo que alguna vez había leído sobre los cisnes.

Tal vez sean mitos, alimentados por el aire misterioso de su estampa. Cuenta la leyenda que cuando un cisne elige compañera misteriosamente es para siempre, y para deleite eclesiástico sólo la muerte los separa. Recién ahí el cisne superviviente abandona al grupo y se pierde en la distancia, en algún lugar. Ya invisible, reniega de los toscos graznidos que emitió hasta entonces y canta una melodía bellísima, impactante. La naturaleza circundante inclina la cabeza y calla, subyugada por la mágica despedida de ese animal del que ya nada volverá a saberse.

Un escritor, el poeta Virgilio, fue quien talló los cristales funerarios del cisne; otro escritor, Juan Ramón Jiménez, protagonizó la historia que escuchamos camino a Plottier. A decir verdad el singular resulta injusto: es una historia de dos. Una amiga dirá de él: “Juan Ramón era de estatura mediana, y su manía de no ir al sastre y no dejarse tomar medidas hacía que sus americanas siempre anchas le dieran un aspecto más cuadrado. La blancura de la tez, el óvalo perfecto del rostro y los grandes ojos oscuros le componían una figura de gran atractivo y personalidad. Tenía una voz grave y profunda que tanto suele gustarnos a las mujeres, y sin duda alguna el modo y el estilo de su conversación es tal vez lo que más me impresionó en él desde un principio y a lo largo de nuestro trato, e incluso las últimas veces que lo ví y hablé, en condiciones muy penosas para él. (…)Pero lo primero que me llamó la atención fue su voz: un timbre especialísimo, con un acento que no era ni andaluz ni castellano del todo, y su modo de pronunciar las elles con cierto dejo de y griega”. En una conferencia, año 1913, le presentaron a Zenobia Camprubí, a la sazón la vecina de risa cristalina que se filtraba inquietante por su pared. Él se enamora enseguida, e insiste hasta vencer todos los obstáculos y formalizar su relación en 1915. Al tiempo escribió a su amigo Guerrero: “Zenobia es agradable, fina, alegre, de una inteligencia natural, clara, y que tiene gracia; esa gracia especial que se adquiere con los viajes, con la gran educación social del país norteamericano donde está educada; que sabe varios idiomas, ha viajado, ha visto muchísimo, ha leído también mucho, y con todo es muy joven". Un año después se casaron.

Empezó entonces la preciosa simbiosis entre el poeta frágil y talentoso, hipersensible a los ruidos, depresivo, atormentado; y ella, la de la risa alegre y constante, abnegada para cuidarlo, enérgica para desarrollar mil proyectos suyos. También escribía, pero eligió apoyar a Juan Ramón: "Así como enfoqué en mi juventud la idea de convertirme en maestra, muchas veces había pensado en un porvenir de escritora. Pero como no me casé hasta los veintisiete años, había tenido tiempo suficiente para averiguar que los frutos de mis veleidades literarias, no garantizaban ninguna vocación seria. Al casarme con quien desde los catorce, había encontrado la rica vena de su tesoro individual, me di cuenta, en el acto, de que el verdadero motivo de mi vida había de ser dedicarme a facilitar lo que era ya un hecho y no volví a perder más tiempo en fomentar espejismos".

Vivieron un cuento de hadas que ni la guerra civil española pudo romper, aunque sí los arrojó a un periplo de mudanzas por Centroamérica y Estados Unidos. En el interín la obra de él creció en vigor y altura, pero su salud psíquica se resquebrajaba con igual velocidad. En 1951 Zenobia se llevó a Juan Ramón a Puerto Rico: los médicos creían que lo laceraba el exilio y sugirieron un hábitat similar a la patria nebulosa.

Pero ella también estaba enferma y, aunque la habían tratado en España veinte años antes, el cáncer se le multiplicó. Viajó a Boston dos veces: la primera para ser operada y la segunda, cinco años después, para saber que le quedaban pocos meses. Empero, no dejó de ayudar a Juan Ramón en ningún momento, y fue ella quien recopiló e hizo publicar su Tercera Antología Poética.

Finalmente llegó la hora y debieron internarla. Mientras la atravesaba una agonía indecible y la muerte preparaba sus galas, emisarios de la Academia Sueca le confirmaron por lo bajo que el rumor era cierto: Juan Ramón ha ganado el Nobel de Literatura. Será ella quien le comunique la noticia a su esposo, en una escena de tristeza asfixiante, y ésas serán las últimas palabras que dirá a quien una vez, allá en los tiempos luminosos del noviazgo, escribió: "Te quiero entrañablemente, mi niño, y pienso cuánto más aún te querré luego. Juanito mío, sé valiente y vamos a hacer los dos lo mejor para el porvenir”.

Ese 25 de octubre el mundo supo la identidad del nuevo Nobel. Zenobia murió el 28. El poeta sobrevivió apenas dos años más, cuando terminó de marchitarse su alma rota, y con él se durmió también su letanía mil veces murmurada:

¿A dónde estás amor de mi vida?
Allí. Allí estás tú
Tú tienes la armonía y la paz,
pero yo no la tengo
Hasta que un día estemos juntos,
en la armonía y la paz de la otra vida.


Hoy tenemos algunos poemas de Juan Ramón Jiménez, y pronto tendrás lo prometido sobre Plottier. Lo prometo.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Nueve


En Corea, el número nueve es sinónimo de perfección. Y si bien no existe en nuestro mundo, este domingo la rozó con la punta de los dedos. Haremos un recuento rápido a ser extendido en el corto plazo, porque la sucesión de días entre libros es tan placentera como extenuante.

La Feria del Libro de Plottier estuvo fantástica, superadora de las mejores expectativas. Muchos interesados en nuestro Círculo, presentaciones a sala llena, contactos de todos los colores, buenas ventas, y así podría seguir ahora, pero será próximamente.

Por mi parte, ayer también encontré lo que siempre, en todo momento y lugar, busca un escritor: su musa inspiradora.

Sí, un domingo casi casi perfecto.

Hasta prontito.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Feria del Libro de Plottier

Después de tanta expectativa, ya estamos prácticamente ahí. Faltan un par de días, por lo que es tiempo de cumplir lo prometido la vez pasada.

Antes, no estaría mal un recuento de los últimos movimientos del Círculo de Escritores del Comahue. El lunes, junto a otros integrantes, estuvimos en el CEM 102 "3 de Febrero" (Cipolletti), donde hablamos con su director, profesoras de Literatura y las alumnas premiadas en el Concurso Literario que organizó la Municipalidad de Cipolletti, quienes fueron invitadas por el presidente del Círculo, Héctor Delmas, a sumarse al stand del CEC; volveremos a este colegio el lunes 17 del corriente, para leer a los alumnos cuentos y poemas de nuestros escritores.

Por otra parte, habrá información alusiva en los siguientes medios y fechas:

Jueves 6, 8,30 horas, Radio FM Galas.

Jueves 6, 12,30 horas, Canal 8 y FM Récord, "Con Ustedes".

Viernes 7, Diario Río Negro, sección espectáculos.

Y ya que hablamos de la Feria, te puedo dar algunas precisiones más que surgieron últimamente, a saber: el predio ferial está ubicado (si mal no nos dijeron) en calle Libertad, cerca de la Cooperativa de Luz; en palabras de Héctor: "Aprovechando el domingo por la tarde me fui a ver la preparación de las instalaciones de la feria del libro de Plottier. Está ubicada a una cuadra de la ruta, bajando en el primer semáforo yendo desde Nqn. (hay uno anterior pero es peatonal). Es una globa muy grande (larga) con dos globas adosadas lateralmente, y el domingo estaban alfombrándola, realmente muy lindo!!!". Habrán cuarenta y cinco stands, correspondiendo al CEC el número 1 (en la entrada). Como te había anticipado, a partir de las 17 (hora de apertura de la feria en sus tres jornadas) estaremos ahí, Dios mediante.

Ahora sí. Aquí está, éste es, el cronograma de presentaciones del Círculo de Escritores del Comahue:


Viernes 7 Noviembre
19 horas
· * Libros: “Conozcamos los cánceres ocultos de la fruticultura”, “Italia Hoy”, “La Historia de la Música (poca)” y “Treinta y nueve mil kilómetros de Historia”, de Hugo Raise.
20 horas
· * Libro: “Amigos del Silencio” de Aquilino Cofré
Presenta Amelia Lacuenteguy
21 horas
· * Presentación de la revista NortenSur / poesía del fin al mundo, por sus editores; Hernán Riveiro, Pablo Cazayous y Lucas Castro, presentan sus poemas en una ronda de lectura.

Sábado 8 Noviembre
De 20 a 22 horas
· * “Cacho de Cipolletti”, con sus Cuentos, poesías y otras cosas para sonreír, soñar o llorar.
Presenta la Profesora Pilar Barreto
· * Pilar Barreto presenta sus cuentos y poemas.
· * Manuel Plaza, con sus poemas
Presenta la Profesora Pilar Barreto

Domingo 9 noviembre
De 18 horas a 20.30 horas
· * Libro: “Estrellas Blancas” de Matías Stiep.
Presenta Amelia Lacuenteguy
· * Libros: “Debilidades Humanas” y “Los Desheredados del Amor”, de Antonio Pérez Bambill (“El Aprendiz”)
Presenta Amelia Lacuenteguy
· * Libro: “Directo al Corazón” de Ramón Oliva ("Chamorrito")
Presentan Alba Burgos - Amelia Lacuenteguy
· * Libro: “La Historia que me Parió” de Héctor Delmas
Presenta Amelia Lacuenteguy



Dado que la proxima actualización será luego de la Feria, quiero decir gracias a:

* Integrantes de la Orquesta de Cámara juvenil de Cipolletti, a su director Sr. Jorge Larrigaudiere, y a la Sra. Marilú Mainetti, que se prestaron gentilmente para el acompañamiento musical de nuestras presentaciones. Personalmente, tuve el honor de que una presentación de Estrellas, en el 2003, fuera enaltecida por la magia del arpa de Marilú.

* Amelia, por acompañarme hoy, igual que ayer. Estuvo en la primera, allá en octubre del 2001, y estará en ésta, la última presentación de "Estrellas Blancas". Sí: la próxima vez que presente un libro será mi segundo (si Dios quiere).

* Melina, por el emblema del Círculo de Escritores del Comahue (que ves arriba), y también por su presencia.

* Señor Luis Gabis, director de Cultura de Plottier, por invitarnos a participar de este evento.


Y por la misma razón, te dejo un cuento de Osvaldo Soriano, otro más de su cálido "Cuentos de los años felices".

¡Nos vemos en la Feria!

sábado, 1 de noviembre de 2008

Preparen, apunten...


Así vemos a Plottier, su estación de ferrocarril, desde nuestro imaginario tren de palabras. Porque falta menos de una semana para la Feria del Libro de dicha ciudad neuquina, y el Círculo de Escritores del Comahue ya está listo para lo que será su bautismo de fuego en sociedad. Hasta ahora nos hemos reunido; sigue creciendo la cantidad de miembros, provenientes de todo el valle; hubo repercusión en los medios de la región (por ejemplo, el diario Río Negro); logramos el apoyo del Municipio cipoleño, que nos acaba de brindar un espacio para nuestros encuentros; y así podría seguir. Pero este será el primer evento público al cual asistiremos como "Círculo de Escritores del Comahue".

Las expectativas son las mejores: tendremos un stand, ubicado en un sitio preferencial del Predio Ferial, Cultural y Deportivo (lugar de la cita); y también presentaciones de libros, cuentos y poemas de: Hugo Raise, Aquilino Cofré, revista NortenSur/poesía del fin del mundo (Hernán Riveiro, Lucas Castro y Pablo Cazayous), "Cacho de Cipolletti" (Jesús Ruíz), Prof. Pilar Barreto, Manuel Plaza, Antonio Pérez Bambill ("El Aprendiz"), Ramón Oliva ("Chamorrito"), Héctor Delmas, y un servidor que esto escribe.

Como veníamos anticipando, esta Feria del Libro tendrá lugar los días 7, 8 y 9 de Noviembre, a partir de las 17 hs. (hasta las 22 hs. aproximadamente, aunque no hay hora de cierre establecida de antemano). Habrá un amplio abanico de propuestas: actuación de grupos musicales, teatro, exposiciones fotográficas y pictóricas, títeres, muestra de ajedrez, etc. Por supuesto, también encontrarás bibliotecas, librerías y editoriales.

En los próximos días publicaré la grilla de presentaciones del CEC, con día y hora correspondiente a cada escritor.

Desde ya, te invitamos al evento y especialmente a nuestro stand y presentaciones, en esto que será un hito fundamental en la historia del Círculo de Escritores del Comahue.

jueves, 30 de octubre de 2008

Encantadora ven a mí


"Es una palabra desprestigiada por los románticos. Yo no la concibo como un estado de gracia ni como un soplo divino, sino como una reconciliación con el tema a fuerza de tenacidad y dominio. Cuando se quiere escribir algo, se establece una especie de tensión recíproca entre uno y el tema, de modo que uno atiza al tema y el tema lo atiza a uno. Hay un momento en que todos los obstáculos se derrumban, todos los conflictos se apartan, y a uno se le ocurren cosas que no había soñado, y, entonces, no hay en la vida nada mejor que escribir. Esto es lo que yo llamaría inspiración." (García Márquez)

"(... ) uno tiene que ejercer el hábito de escribir para ser digno de esa visita ocasional o eventual de la musa, porque si una persona no escribe nunca, y se siente inspirada, puede ser indigna de su inspiración o puede no saber cumplir con ella. Pero si todos los días escribe, si está continuamente versificando, eso ya le da el hábito de versificar, y puede versificar lo que no sólo es versificación, sino poesía genuina." (Borges)

"Me gustaría poder explicar esa sensación de felicidad que me invade de tiempo en tiempo, como ocurre en estos momentos. Se trata de algo efervescente que me llena por entero con un suave y agradable cosquilleo, y que me persuade de que tengo capacidades, de cuya inexistencia puedo convencerme en cualquier instante y con toda seguridad, incluso ahora." (Kafka)

domingo, 26 de octubre de 2008

Vidas imaginarias...


...parecieran aquellas de los personajes, pero no lo son; podría ser también la del escritor, muerto a una edad dolorosamente joven.

Hoy leía un cuento de Dylan Thomas (casualmente, otro que partió temprano) y supe de ellos dos cuando los mencionó al pasar. Y hace un rato volví a cruzarlos en el título de otro relato, el que compartimos hoy. Son Burke y Hare, célebres criminales hoy perdidos en la bruma del tiempo y las islas británicas.

Quizás el olvido los vincule con el autor que mejor narró sus correrías de arcángeles exterminadores. Empero, merced a su talento, Marcel Schwob todavía titila en la oscuridad. Autor de ensayos memorables, brillante profeta de la narración corta, dejó a su desaparición (38 años) un ramillete de obras excepcionales, que luego influenció en nenes del calibre de Faulkner y Gide.

Para leer el cuento, click acá.

¿Novedades del Círculo de Escritores del Comahue y mías, decías? Algo hay, sí. Serán tema de una próxima actualización, pero te puedo adelantar que el CEC ya se apresta para la inminente Feria del Libro de Plottier, y parece que "Estrellas Blancas" se presenta nomás. Pronto hablaremos del asunto.

viernes, 24 de octubre de 2008

Carta de un joven poeta


En verdad no era poeta sino narrador, y uno de los mejores. El título no es más que un parafraseo de aquel libro de Rilke ("Cartas a un joven poeta"; me dijeron que es bueno), pero Chejov es de quien se trata.

Ahora bien, deseaba venir por acá pero carecía de ideas. Un comentario exclusivo para las novedades atinentes al Círculo de Escritores del Comahue no me seducía demasiado, considerando que en este momento no hay mucho que contar: las lecturas en Roca se pospusieron para el año que viene, por pedido de la gente del Centro Aime; ahora tenemos en la mira la Feria del Libro de Plottier, en dos semanas; y la presentación en sociedad de nuestro CEC, si Dios quiere antes de finalizar el año.

Necesitaba algo más, y husmeando por ahí la encontré. Una misiva suya, dirigida a Dmitri V. Grigoróvich. Un siglo y un cuarto han pasado desde que el maestro ruso la escribiera, pero en algunas cosas la siento tan vívida, tan actual, tan...


"Su carta, mi querido y buen bienhechor, me ha impactado como un rayo. Me conmovió y casi rompo a llorar. Ahora pienso que ha dejado una profunda huella en mi alma. [...]

Todas las personas cercanas a mí siempre han menospreciado mi actividad de escritor y no han cesado de aconsejarme amistosamente que no cambiara mi ocupación actual por la de escritor. Tengo en Moscú cientos de conocidos, entre ellos dos decenas que escriben, y no puedo recordar ni a uno sólo que haya visto en mí a un artista. Tras cinco años de deambular por los periódicos he logrado compenetrarme con esa opinión general de mi insignificancia literaria. En seguida me acostumbré a mirar mis trabajos con indulgencia y a escribir de manera trivial. Esa es la primera razón. La segunda es que soy médico y siento una gran pasión por la medicina de modo que el proverbio sobre las dos liebres [“El que sigue dos liebres, tal vez cace una, y muchas veces, ninguna”] nunca quitó tanto el sueño a nadie como a mí. Le escribo todo esto sólo para justificar un poco ante usted mi gran pecado. Hasta ahora he mantenido, respecto a mi labor literaria, una actitud superficial, negligente y gratuita. No recuerdo ni un solo cuento mío en el que haya trabajado más de un día. "El cazador", que a usted le gusta, lo escribí en una casa de baños. He escrito mis cuentos como los reporteros que informan de un incendio: mecánicamente, medio inconsciente, sin preocuparme para nada del lector ni de mí mismo... He escrito intentando no desperdiciar en un cuento las imágenes y los cuadros que quiero y que, sabe Dios por qué, he guardado y escondido con mucho cuidado. [...]

Disculpe la comparación, pero ha actuado en mí como la orden gubernamental de “abandonar la ciudad en 24 horas”, esto es, de pronto he sentido la imperiosa necesidad de darme prisa, de salir lo antes posible del lugar donde me hallo empantanado... Estoy de acuerdo en todo con usted. El cinismo que me señala, lo sentí al ver publicado "La bruja". Si hubiera escrito ese cuento no en un día, sino en tres o cuatro, no lo tendría... Me libraré de los trabajos urgentes, pero me llevará tiempo... No es posible abandonar el carril en el que me encuentro. No me importa pasar hambre, como ya pasé antes, pero no se trata de mí. Dedico a escribir mis horas de ocio, dos o tres por día y un poco de la noche, esto es, un tiempo apenas suficiente para pequeños trabajos. En verano, cuando tenga más tiempo libre y menos obligaciones, me ocuparé de asuntos serios.

No puedo poner mi verdadero nombre en el libro, porque ya es tarde: la viñeta ya está preparada y el libro, impreso. Mucha gente de Petersburgo me ha aconsejado, antes que usted, no echar a perder el libro con un pseudónimo, pero no les he hecho caso, probablemente por amor propio. No me gusta nada mi libro ["Cuentos abigarrados" se publicó bajo el pseudónimo de Antosha Chejonté]. Es una vinagreta, un batiburrillo de trabajos estudiantiles, desplumados por la censura y por los editores de las publicaciones humorísticas. Creo que, después de leerlo, muchos se sentirán decepcionados. Si hubiera sabido que usted me lee y sigue mis pasos, no lo habría publicado. La esperanza está en el futuro. Sólo tengo 26 años. Quizás me dé tiempo a hacer algo, aunque el tiempo pasa deprisa. Le pido disculpas por esta carta tan larga. [...] Con profundo y sincero respeto y agradecimiento."

lunes, 20 de octubre de 2008

Siete el número de la suerte


Casualmente, hace un rato recordé que un día como hoy, siete años atrás, se presentaba por primera vez "Estrellas Blancas". Y para acrecentar las coincidencias, hoy al mediodía iba para cierto asunto y pasé frente al lugar de aquella vez: la biblioteca "Bernardino Rivadavia" de Cipolletti.

Desde entonces recorrió varias ciudades y ocasiones: las primeras ediciones de la Feria del Libro cipoleña; El Chocón; Neuquén capital; la Feria del Libro de Buenos Aires; y quizás se me esté escapando alguna más. También integró planes de lecturas en colegios secundarios de la ciudad, cosa que siempre me resultó un poco increíble pero muy gratificante.

Hace bastante que "Estrellas" dejó de presentarse, pero actualmente considero una más. Es consecuencia de la voluntad del Círculo de Escritores del Comahue de apoyar a la naciente Feria del Libro de Plottier, con presentaciones de todos sus miembros participantes. Además, sería un bonito broche para tanto camino que ha recorrido, poco después de su séptimo aniversario y probablemente junto a Amelia, quien condujo su bautismo de fuego. Visto así, no estaría mal una última función, llena de simbolismos y justo cuando la gestación del segundo libro empieza a cobrar impulso.

Estimo que en los próximos días deberíamos tener confirmaciones, tanto para este evento como para los otros que el CEC tiene agendados. Desde luego, te estaré avisando enseguida.

domingo, 19 de octubre de 2008

Balada para un loco


"El autor, como todo el mundo, está disperso en la humanidad, pero al tomar consciencia de ello a través de sus personajes, incursiona por ellos en los recodos más insospechados de su personalidad.

Por algo es el enorme porcentaje de escritores suicidas, locos o por lo menos con una enorme fragilidad en sus mecanismos de relación.

En la contratapa de uno de mis libros escribí una vez: Un escritor es un traidor a su mundo y a su tiempo, un delator que señala, que denuncia, que delata a sus amigos, a su familia, a su país, a sí mismo, sus costumbres, sus miedos y sus hábitos, y así como un escritor de su tiempo no es aquel que permanece en su tiempo sino aquel que se adelanta a su tiempo, el escritor está señalando con su denuncia el incierto camino del futuro." (Dalmiro Sáenz)

martes, 14 de octubre de 2008

Sobre héroes y tumbas


"Buenos Aires es la capital de un imperio que no fue", dijo Huxley alguna vez. Supongo que aún hoy, a la hora del té en los salones lustrosos del Primer Mundo, deben murmurarse comentarios similares, oscilantes entre el asombro y la incomprensión. Caso raro el nuestro, historia extraña y neurótica la de esta querida tierra, bendita y maldita a la vez. Es la crónica de bronce y lata de un infierno celeste, un cielo en llamas, un jardín donde coexisten rosales con flores mortuorias y plantas venenosas.

Una patria de luces y sombras, amante de los extremos, necesariamente tiene un pasado a tono. Y los escribientes de esta historia bipolar, quienes la redactaron con sus sables y sus plumas, por lo general están lejos de la versión inmaculada de la escuela primaria. Otros, olvidados y obviados por la escolaridad, quizás por la imposibilidad de maquillar excesos indisimulables (o vaya a saberse bien por qué razón), resucitan un poco cuando nos preguntamos, al verlos en la chapa de alguna calle, quiénes fueron o qué hicieron en la infancia violenta de nuestra nación. Uno de ellos es Hipólito Bouchard, y su vida sin tapujos es la que relató Osvaldo Soriano en "La Argentina invade California". Este relato forma parte de su libro "Cuentos de los años felices", y accedés a él clickeando en el título coloreado.

¿La imagen? Se llama "El nacimiento del fuego". Desconozco la identidad de su autor, pero lo que expresa me pareció vinculado de alguna forma, aun mágicamente (como diría Borges), con el tema de hoy.
¡Hasta pronto!

jueves, 9 de octubre de 2008

El día después de mañana


Sí, pasado mañana: tercera reunión del Círculo de Escritores del Comahue. Últimamente habrás notado que proliferan las reseñas y noticias del CEC, pero es que sus acontecimientos marchan rápido. Además, todavía no hay página/blog del Círculo, así que la promoción virtual de sus quehaceres recae momentáneamente por acá. Pronto tendremos (como antes de esta hermosa locura) reseñas de autores, cuentos, etc.

Hagamos un paneo. En estos días recientes llovieron buenas noticias: ayer salió publicada una nota en el diario Río Negro (para leerla, click en el texto coloreado), que ya mismo ha tenido repercusión; hay una alta probabilidad de que el otro fin de semana empiecen nuestras lecturas en el Centro Cultural Aime (General Roca); y según nos dijo la gente de Cultura de Plottier, la Feria del Libro se hace y en la fecha que se había pautado en su momento (7, 8 y 9 de noviembre). Todavía el CEC no tiene un mes de vida y tanto movimiento nos llena de alegría, esperanza, ganas. De fuerzas para ir por todo.

Sobre mí... Bueno, decidí dormir aquel cuento que te comenté el lunes. La cuestión se estaba poniendo ríspida, y para mejor se me cruzó otra idea. Leyendo una revista en un consultorio encontré una historia que me llamó la atención. Era el trasfondo del enfrentamiento entre Lasker, matemático alemán que fue campeón del mundo de ajedrez por más de dos décadas, con Capablanca, el mítico prodigio cubano. Resultó ser una historia apócrifa, pero de todos modos me sedujo lo suficiente como para abordarla, aunque con algunos cambios. Y en eso estamos hoy por hoy.

En los próximos días habrá un cuento. Lo prometo.

lunes, 6 de octubre de 2008

¡Feliz cumple!


Fin de semana de cumpleaños. Precisamente, ciento cinco pirulitos. Fue el viernes, pero los festejos por otro aniversario de nuestra preciosa Cipolletti tuvieron lugar ayer. Lindo desfile, bonitos numeros musicales, y un clima que acompañó luminoso.

Las novedades más salientes de este último tiempo pasan por el Círculo de Escritores del Comahue. Además de que este sábado es la próxima reunión (ver info al costadito), hay datos actualizados sobre los eventos a los que hemos sido invitados. La Fiesta del Libro de la Legislatura neuquina (pautada originalmente para el 17 de octubre), ha sido postergada por cuestiones organizativas; la Feria del Libro de Plottier entró en terreno algo inestable, pero como aún queda un mes seguramente todo saldrá bien.

Lo concreto, hoy por hoy, es la lectura de trabajos en el Centro Cultural Aime, de General Roca. Sería durante este mes de octubre, y las fechas exactas estarán fijadas en el corto plazo, una vez que el presidente del CEC acuerde con la gente de Aime.

En cuanto a mí... En plena pelea con un cuento, inconcluso desde la prehistoria. La idea es antigua, pero recientemente se me ocurrieron algunas modificaciones. El desafío resultante es tan emocionante como difícil. Veremos si puedo con él.

Por lo pronto, es todo por hoy. ¡Nos vemos pronto!

martes, 30 de septiembre de 2008

Primavera en el Jardín


Como es sabido, hace poco empezó la primavera; y como habrás notado, aún no hubo menciones alusivas por acá. Por eso mismo, antes que concluyera este mes, quise cumplir la obligación moral. La califico así porque, de todas las estaciones, la primavera debe ser la más emparentada con la creación literaria. Si bien las otras también tienen predicamento (especialmente el otoño), es como si la primavera tuviera cierto mensaje de renacimiento, de resurrección. De esperanza que resurge multicolor, vencedora de su sepulcro helado. De volver a empezar.
Son también estos últimos días del mes, en lo que a mí respecta, fértiles en recuerdos. Otra postrimería de septiembre, la misma luz, idéntica brisa fresca, y de golpe flamea en el vacío aquel fragmento de Camilo Cela: "...caricias que no se olvidan".

La foto, brillante y primaveral, es de un lugar añorado. Quizás vuelva por allá, en no demasiado tiempo. Quizás...

Por sobre todas las cosas, la primavera es poesía. Y si hablamos de poesía, Neruda es ineludible:


Todo ha florecido en
estos campos, manzanos,
azules titubeantes, malezas amarillas,
y entre la hierba verde viven las amapolas.
El cielo inextinguible, el aire nuevo
de cada día, el tácito fulgor,
regalo de una extensa primavera.
Sólo no hay primavera en mi recinto.
Enfermedades, besos desquiciados,
como yedras de iglesia se pegaron
a las ventanas negras de mi vida
y el sólo amor no basta, ni el salvaje
y extenso aroma de la primavera.

Y para ti qué son en este ahora
la luz desenfrenada, el desarrollo
floral de la evidencia, el canto verde
de las verdes hojas, la presencia
del cielo con su copa de frescura?
Primavera exterior, no me atormentes,
desatando en mis brazos vino y nieve,
corola y ramo roto de pesares,
dame por hoy el sueño de las hojas
nocturnas, la noche en que se encuentran
los muertos, los metales, las raíces,
y tantas primaveras extinguidas
que despiertan en cada primavera.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Mañana


Un recordatorio: Sí, mañana sábado 27 es la segunda reunión del Círculo de Escritores del Comahue. La cita es en España 185 de Cipolletti (confitería del Hotel Ludman), a las 19 horas.

Haciendo un paneo rápido, no está de más recordar los próximos eventos en los que (Dios mediante) participaremos, luego de haber sido invitados: una feria del libro en la Legislatura de Neuquén (17 de octubre), lectura de cuentos y poemas en el Centro Cultural Aime de General Roca (fechas a confirmar), y la Feria del Libro de Plottier (7, 8 y 9 de noviembre).

Si te interesa la propuesta de unirte a nuestras filas, ¡te esperamos!

jueves, 25 de septiembre de 2008

Agarrate Catalina


Así se llama la compañía de actores uruguayos que vi hoy. Como te contaba más abajo, desde el Círculo de Escritores del Comahue ofrecimos ayuda a Cultura para el Salón de Artes Visuales. Resultó que en el predio ferial de Cipolletti (además de La Caja Mágica y otras locaciones) se está desarrollando conjuntamente el segundo Festival Nacional de Teatro. Ahí estuvimos, y pudimos deleitarnos con la actuación sobresaliente de estos charrúas que la rompen. Mañana (es decir, hoy) jueves a las 21 hs, hay otra función distinta. El programa es variado; no lo tengo presente en este momento por lo que si estás interesado/a, te diría que te arrimes.

Bien, retomando autores que alguna vez abordamos, y ya que estamos con los uruguayos, hoy tenemos de regreso a Onetti. Sí, aquel que cuando le dijeron Maestro, respondió que no "porque nunca le di clase a nadie". Aquel que, según la leyenda, publicaba la primera versión de sus escritos, sin corregir. Aquel autor de "Bienvenido, Bob", y de este decálogo para escritores que pasamos a compartir:

I..
No busquen ser originales. El ser distinto es inevitable cuando uno no se preocupa de serlo.
II.
No intenten deslumbrar al burgués. Ya no resulta. Éste sólo se asusta cuando le amenazan el bolsillo.
III.
No traten de complicar al lector, ni buscar ni reclamar su ayuda.
IV.
No escriban jamás pensando en la crítica, en los amigos o parientes, en la dulce novia o esposa. Ni siquiera en el lector hipotético.
V.
No sacrifiquen la sinceridad literaria a nada. Ni a la política ni al triunfo. Escriban siempre para ese otro, silencioso e implacable, que llevamos dentro y no es posible engañar.
VI.
No sigan modas, abjuren del maestro sagrado antes del tercer canto del gallo.
VII.
No se limiten a leer los libros ya consagrados. Proust y Joyce fueron despreciados cuando asomaron la nariz, hoy son genios.
VIII.
No olviden la frase, justamente famosa: 2 más dos son cuatro; pero ¿y si fueran 5?
IX.
No desdeñen temas con extraña narrativa, cualquiera sea su origen. Roben si es necesario.
X.
Mientan siempre.
XI.
No olviden que Hemingway escribió: "Incluso di lecturas de los trozos ya listos de mi novela, que viene a ser lo más bajo en que un escritor puede caer."




sábado, 20 de septiembre de 2008

Artes visuales


Damas y caballeros, tengo el agrado de invitarlos al IV Salón Nacional de Artes Visuales, que se está llevando a cabo ahora mismo en nuestra querida Cipolletti.

La cita es en el predio ferial de Brentana 571 (donde se hizo la Feria del Libro, justamente). Creo que algunos integrantes del Círculo de Escritores del Comahue andaremos por ahí para dar una mano con la organización, así que ¡los esperamos!


Por otra parte (como en la tele, acá tambien hay que estirar), te puedo contar algo sobre mí...Terminé con "Don Segundo Sombra", gran libro, perla de la literatura gauchesca; ahora sigo con el de Mansfield, con quien estoy un poco moroso. También continúa la batalla contra aquel cuento que te referí, "Canción de cuna para un matador"; se resiste el desgraciado, pero creo que va queriendo salir algo lindo. Será parte, Dios mediante, de ese tan mentado y prometido segundo libro de mi autoría.


jueves, 18 de septiembre de 2008

Flor de mal


Alguna vez hablamos de Baudelaire. De hecho, compartimos unos fragmentos de "Las Flores del Mal", obra cumbre del "poeta maldito". Claro que no fue el único en recibir esa marca brillante y tenebrosa, compartida con Rimbaud, Mallarmé, Verlaine, Artaud, Bukowski (más acá en el tiempo), entre otros. Pero fue uno de sus portaestandartes, a caballo del vértigo sórdido con el que vivió y de su talento inacabable para la poesía.

Alguna vez, a los veinticinco años y con su primera obra ya publicada, dejó por escrito los "consejos a los jóvenes literatos" que su muy particular visión del mundo le dictaba:



Los preceptos que se van a leer son fruto de la experiencia; la experiencia implica una cierta suma de equivocaciones; y como cada cual las ha cometido –todas o poco menos-, espero que mi experiencia será verificada por la de cada cual.

De la suerte y de la mala suerte en los comienzos
Los jóvenes escritores que hablando de un colega novel dicen con acento matizado de envidia: "¡Ha comenzado bien, ha tenido una suerte loca!", no reflexionan que todo comienzo está siempre precedido y es el resultado de otros veinte comienzos que no se conocen. (...) creo más bien que el éxito es, en una proporción aritmética o geométrica, según la fuerza del escritor, el resultado de éxitos anteriores, a menudo invisibles a simple vista. Hay una lenta agregación de éxitos moleculares; pero generaciones espontáneas y milagrosas jamás. Los que dicen: "Yo tengo mala suerte", son los que todavía no han tenido suficientes éxitos y lo ignoran. Libertad y fatalidad son dos contrarios; vistas de cerca y de lejos son una sola voluntad. Y es por eso que no hay mala suerte. Si hay mala suerte, es que nos falta algo: ese algo hay que conocerlo y estudiar el juego de las voluntades vecinas para desplazar más fácilmente la circunferencia.

De los salarios
Por hermosa que sea una casa es ante todo -y antes de que su belleza quede demostrada- tantos metros de frente por tantos de fondo. De igual modo la literatura, que es la materia más inapreciable, es ante todo una serie de columnas escritas; y el arquitecto literario, cuyo sólo nombre no es una probabilidad de beneficio, debe vender a cualquier precio. Hay jóvenes que dicen: "Ya que esto vale tan poco, ¿para qué tomarse tanto trabajo?" Hubieran podido entregar trabajo del mejor; y en ese caso sólo hubieran sido estafados por la necesidad actual, por la ley de la naturaleza; pero se han estafado a sí mismos. Mal pagados, hubieran podido honrarse con ello; mal pagados, se han deshonrado. Resumo todo lo que podría escribir sobre este asunto en esta máxima suprema, que entrego a la meditación de todos los filósofos, de todos los historiadores y de todos los hombres de negocios: "¡Sólo es con los buenos sentimientos con los que se llega a la fortuna!" Los que dicen: "¡Para qué devanarse los sesos por tan poco!" son los mismos que más tarde quieren vender sus libros a doscientos francos el pliego, y rechazados, vuelven al día siguiente a ofrecerlo con cien francos de pérdida. El hombre razonable es el que dice: "Yo creo que esto vale tanto, porque tengo genio; pero si hay que hacer algunas concesiones, las haré, para tener el honor de ser de los vuestros".

De las simpatías y de las antipatías
En amor como en literatura, las simpatías son involuntarias; no obstante, necesitan ser verificadas, y la razón tiene ulteriormente su parte. Las verdaderas simpatías son excelentes, pues son dos en uno; las falsas son detestables, pues no hacen más que uno, menos la indiferencia primitiva, que vale más que el odio, consecuencia necesaria del engaño y de la desilusión. Por eso yo admiro y admito la camaradería, siempre que esté fundada en relaciones esenciales de razón y de temperamento. Entonces es una de las santas manifestaciones de la naturaleza, una de las numerosas aplicaciones de ese proverbio sagrado: la unión hace la fuerza. La misma ley de franqueza y de ingenuidad debe regir las antipatías. Sin embargo, hay gentes que se fabrican así odios como admiraciones, aturdidamente. Y esto es algo muy imprudente; es hacerse de un enemigo, sin beneficio ni provecho. Un golpe fallido no deja por eso de herir al menos en el corazón al rival a quien se le destinaba, sin contar que puede herir a derecha e izquierda a alguno de los testigos del combate. Un día, durante una lección de esgrima, vino a molestarme un acreedor; yo lo perseguí por la escalera, a golpes de florete. Cuando volví, el maestro de armas, un gigante pacífico que me hubiera tirado al suelo de un soplido, me dijo: "¡Cómo prodiga usted su antipatía! ¡Un poeta! ¡Un filósofo! ¡Ah, que no se diga!" Yo había perdido el tiempo de dos asaltos, estaba sofocado, avergonzado y despreciado por un hombre más, el acreedor, a quien no había podido hacer gran cosa. En efecto, el odio es un licor precioso, un veneno más caro que el de los Borgia, pues está hecho con nuestra sangre, nuestra salud, nuestro sueño ¡y los dos tercios de nuestro amor! ¡Hay que guardarlo avaramente!

Del vapuleo
El vapuleo no debe practicarse más que contra los secuaces del error. Si somos fuertes, nos perdemos atacando a un hombre fuerte; aunque disintamos en algunos puntos, él será siempre de los nuestros en ciertas ocasiones. Hay dos métodos de vapuleo: en línea curva y en línea recta, que es el camino más corto. (...) La línea curva divierte a la galería, pero no la instruye. La línea recta... consiste en decir: "El señor X... es un hombre deshonesto y además un imbécil; cosa que voy a probar" -¡y a probarla!-; primero..., segundo..., tercero...etc. Recomiendo este método a quienes tengan fe en la razón y buenos puños. Un vapuleo fallido es un accidente deplorable, es una flecha que vuelve al punto de partida, o al menos, que nos desgarra la mano al partir; una bala cuyo rebote puede matarnos.

De los métodos de composición
Hoy por hoy hay que producir mucho, de modo que hay que andar de prisa; de modo que hay que apresurarse lentamente; pues es menester que todos los golpes lleguen y que ni un solo toque sea inútil. Para escribir rápido, hay que haber pensado mucho; haber llevado consigo un tema en el paseo, en el baño, en el restaurante, y casi en casa de la querida. (...) Cubrir una tela no es cargarla de colores, es esbozar de modo liviano, disponer las masas en tono ligero y transparentes. La tela debe estar cubierta -en espíritu- en el momento en que el escritor toma la pluma para escribir el título. Se dice que Balzac ennegrece sus manuscritos y sus pruebas de manera fantástica y desordenada. Una novela pasa entonces por una serie de génesis, en los que se dispersa, no sólo la unidad de la frase, sino también la de la obra. Sin duda es este mal método el que da a menudo a su estilo ese no se qué de difuso, de atropellado y de embrollado, que es el único defecto de ese gran historiador.

Del trabajo diario y de la inspiración
Una alimentación muy sustanciosa, pero regular, es la única cosa necesaria para los escritores fecundos. Decididamente, la inspiración es hermana del trabajo cotidiano. Estos dos contrarios no se excluyen en absoluto, como todos los contrarios que constituyen la naturaleza. La inspiración obedece, como el hombre, como la digestión, como el sueño. (...) Si se consiente en vivir en una contemplación tenaz de la obra futura, el trabajo diario servirá a la inspiración, como una escritura legible sirve para aclarar el pensamiento, y como el pensamiento calmo y poderoso sirve para escribir legiblemente, pues ya pasó el tiempo de la mala letra.

De la poesía
En cuanto a los que se entregan o se han entregado con éxito a la poesía, yo les aconsejo que no la abandonen jamás. La poesía es una de las artes que más reportan; pero es una especie de colocación cuyos intereses sólo se cobran tarde; en compensación, muy crecidos. Desafío a los envidiosos a que me citen buenos versos que hayan arruinado a un editor. (...) ¿Por lo demás, qué tiene de sorprendente, puesto que todo hombre sano puede pasarse dos días sin comer, pero nunca sin poesía? El arte que satisface la necesidad más imperiosa será siempre el más honrado.

De los acreedores
(...) Que el desorden haya acompañado a veces al genio, lo único que prueba es que el genio es terriblemente fuerte; por desgracia, para muchos jóvenes, ese título expresaba no un accidente, sino una necesidad. Yo dudo mucho que Goethe haya tenido acreedores (...). No tengan acreedores jamás; a lo sumo, hagan como si los tuvieran, que es todo lo que puedo permitirles.

De las queridas
Si quiero acatar la ley de los contrastes, que gobierna el orden moral y el orden físico, me veo obligado a ubicar entre las mujeres peligrosas para los hombres de letras, a la mujer honesta, a la literata y a la actriz; la mujer honesta, porque pertenece necesariamente a dos hombres y es un mediocre pábulo para el alma despótica de un poeta; la literata, porque es un hombre fallido; la actriz, porque está barnizada de literatura y habla en "argot"; en fin, porque no es una mujer en toda la acepción de la palabra, ya que el público le resulta algo más precioso que el amor. (...) Porque todos los verdaderos literatos sienten horror por la literatura en determinados momentos, por eso, yo no admito para ellos -almas libres y orgullosas, espíritus fatigados que siempre necesitan reposar al séptimo día-, más que dos clases posibles de mujeres: las bobas o las mujerzuelas, la olla casera o el amor. -Hermanos, ¿hay necesidad de exponer las razones?
15 de abril de 1846

sábado, 13 de septiembre de 2008

Licencias poéticas


Concluye una semana algo abúlica, días que resbalaron apacibles. Por un lado, aquel cuento está al caer, calculo que en un par de horas más tendrá mi pie sobre su cabeza; por el otro, mandé a hibernación al compilado narrativo de Dylan Thomas para abordar otro, el de Katherine Mansfield. En tanto, me tiré a releer "Don Segundo Sombra". Volumen que leí hace unos diez años y que, por alguna razón brumosa, siempre recordé como un buen libro. A medida que avanzo en sus páginas descubro la certeza de esa evocación.

Hoy es viernes, y sólo por eso me voy a permitir una disgresión con mi desagrado militante hacia García Márquez. Como recordarás, alguna vez te conté de mi animadversión hacia el Nobel colombiano. Desde luego, goza del mayor de mis respetos, sería necio pretender salpicarlo desde este rinconcito perdido. Pero por alguna razón misteriosa sus textos nunca me terminaron de convencer. Es más, siempre miré con cierta sorna la pleitesía que se le rinde a "Cien años...". En algunos momentos de ocio contemplativo terminé acusando a cierta profesora de literatura, cuya insistente fascinación con el colombiano en general y ese libro en particular debe haber contribuido a la alergia.

Todo esto dicho desde mi condición de ignoto escribiente de provincias, claro.

De cualquier manera, hoy (viernes, día de relajo por excelencia entre los laborables) hago un regalito a la legión de adoradores de Márquez. Quizás a partir de ésto sea para ellos un tantito menos sacrílego, ¿no?. Seguramente no está de más decir que ese cuento, oh blasfemia, me gustó bastante. Quizás hubiera preferido otra conclusión, pero...En fin.

Para la gente del pago: les cuento que hoy me pasaron data sobre otra Feria del Libro en la región. Será en la ciudad de Plottier (Neuquén), los días 7, 8 y 9 de noviembre.

martes, 9 de septiembre de 2008

El club de la pelea


Tal como prometí, acá estamos. La palabra "combate" se me viene a la mente. Por un lado, terminé de leer un libro de Marguerite Yourcenar, "Alexis o el tratado del inútil combate"; por el otro, sigo mi pelea de meses con la compilación de cuentos de Dylan Thomas, tan virtuosos de poesía como pastosos por la misma razón. Al mismo tiempo, retomé la reescritura de un viejo cuento que se viene resistiendo con todas sus fuerzas. Esperemos que resulte algo aceptable.
¿Te comento un poco de qué se trata aquel libro de Marguerite? (decime que sí, porque de lo contrario el telón se nos cae encima). La novela es la carta de despedida de Alexis, un atormentado pianista, a su esposa Mónica, reveladora de su vida y del combate estéril que libran su vocación artística, su rigorismo moral y sus impulsos sexuales. Como en "Memorias de Adriano", acá también reluce la sabiduría de una Yourcenar ahora veinteañera, desgranada en incontables y preciosas frases. De su inmaculado manejo técnico queda poco por decir: basta mencionar la escena en la que Alexis se reencuentra con su primer piano, escena en la que podemos casi sentir las notas tristes flotando en la oscuridad y la quietud de la casa de su infancia.

Algunas de aquellas frases:

"Las palabras traicionan al pensamiento, pero me parece que las palabras escritas lo traicionan todavía más".

"Todo silencio está hecho de palabras que no se han dicho".

"Hay ciertos momentos en nuestra existencia en que somos, de manera inexplicable y casi aterradora, lo que llegaremos a ser más tarde".

"La gente que encontramos en las calles durante el día nos da la impresión de tener una meta precisa, que se supone razonable, pero por la noche parece caminar en sueños".

"La música no nos facilita pensar, sino soñar, y con los sueños más imprecisos".

"Estamos atados por tantas ligaduras al lugar en que hemos vivido que nos parece que al alejarnos será también más fácil alejarnos de nosotros mismos".

"El sufrimiento nos hace egoístas porque nos absorbe por entero: sólo más tarde, en forma de recuerdo, nos enseña la compasión".

"La memoria de las mujeres se parece a esas mesas antiguas que utilizan para coser; están llenas de cajones secretos. Algunos están cerrados desde hace mucho tiempo y no se pueden abrir, otros contienen flores secas que han quedado reducidas a polvo de rosas; otros, madejas enredadas, a veces alfileres".

"Nunca estamos completamente solos, por desgracia, siempre estamos con nosotros mismos".

"A menudo he pensado con tristeza que un alma verdaderamente hermosa no alcanzaría la gloria, porque no la desearía".

"No es difícil albergar pensamientos admirables cuando están presentes las estrellas".

"Somos más clarividentes cuando está oscuro, porque nuestros ojos no nos engañan".

viernes, 5 de septiembre de 2008

Se busca


Atención:

El rejunte (porque no estamos agrupados...aún) de "escritores independientes" ha llamado a todos aquellos adeptos de la escritura, en cualquiera de sus géneros, con vistas a conformar una agrupación literaria formal (con personería jurídica y toda la mayonesa).

A este efecto, nos vamos a reunir el sábado 13 de septiembre, a las 19 horas, en la confitería del hotel Ludman. En este momento no recuerdo la dirección exacta, pero es el que está en calle España, a una cuadra de la plaza San Martín (Cipolletti).

Si estás interesado/a, ¡ahí te esperamos! Nos gustaría mucho que estuvieras presente y te unas a este proyecto que va pintando lindo.
En lo que a mí respecta, mis "vacaciones" llegaron a su fin. Pronto nos vemos por acá.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Hoy


Sólo pasaba por acá para agradecer a los que hoy se acordaron de mí.

Sepan que siempre, en todo momento y lugar, los llevo conmigo, en mi corazón.


Sí, sigo de "vacaciones". Antes del próximo lunes vuelvo.

lunes, 25 de agosto de 2008

El día después de ayer


Otra edición de la Feria terminó ayer y ahora nos encuentra acá para su reseña final. Es evidente la evolución operada desde las ediciones previas. Fenomenal desde la primera, importante desde la cuarta. El apoyo de la comunidad cipoleña (y me animaría a decir de la regional también) superó por mucho los números impactantes registrados el año pasado. Pero como siempre se puede mejorar, personalmente creo que se podría evaluar la generación de espacios y alternativas de interacción libros-visitantes. Quizás serviría para evitar que, mientras en Buenos Aires la Feria es el negocio de las grandes editoriales, acá termine siéndolo de los libreros. Por otro lado, creo que la decisión de marginar a colegios secundarios y jardines de infantes resultó inexplicable. ¿Qué mejor ámbito en la ciudad para acercar a chiquitos y adolescentes a los libros que esta Feria, la más grande de su tipo en la Patagonia? Después no vale quejarse que los chicos no leen.

Es la hora, también, del retorno de la normalidad, pasados estos diez días alegres y vampiros. Hora entonces de un descansito, por lo que te dejo no uno sino dos cuentos para que te diviertas mientras tanto. Tenemos uno de Borges y otro de Cela. Uno español y acreedor del máximo laurel de la literatura universal; el otro, nuestro "eterno perdedor del Nobel". Aunque no está de más comentar que todavía se polemiza al respecto, aunque claro que ya en vano. Se dice que dicho premio llegó a significar casi una obsesión para Borges, ese galardón último que incluso le había sido concedido a su defenestrado Hemingway.

Aun cuando la Academia Sueca insiste en su desinterés por la política, se sospecha que algo tuvo que ver. Lapidario para las aspiraciones de Borges fue aceptar el doctorado honoris causa de la Universidad de Chile a manos de Pinochet, el mismo día en que esbirros del dictador dinamitaban al ex canciller Letelier. A pesar del lejano mutismo de los escandinavos, el gesto desagradó a la Academia en general y a uno de sus miembros en particular: Lundkvist. Éste, un escritor de extracción socialista que había llevado la obra de Borges a su país, no le perdonó ni los elogios al tirano ni tampoco que el autor de Ficciones se burlara de un poema suyo, leído durante una cena que ambos compartieron con otros escritores suecos en 1964.

El final de la historia es conocido. La Academia mantiene el silencio; allegados al ya fallecido Lundkvist insisten en desmentir aquella animadversión; y Borges (quien luego se arrepintió de sus loas a aquel régimen despótico) se llevó a la tumba el secreto de su frustración, pero antes la insinuó a un periodista que le había preguntado por el Nobel: “Vea, amigo, yo creo que ese premio es otro mito nórdico”.


Volviendo a lo nuestro, accedés a uno u otro cuento clickeando sobre los nombres de sus autores.

Dicho lo cual, es hora de desaparecer. Una o dos semanitas. ¿No es una bicoca?

¡Hasta la vuelta!