miércoles, 24 de marzo de 2010

El don del águila



"Era un tipo de actitudes extrañas. Un día estábamos presentando un libro suyo, no recuerdo cuál, por Paseo de la Reforma, y de repente, mientras yo hablaba, levanto la vista y lo veo en la puerta, haciéndome caras y morisquetas. Y yo pensaba: puta madre, no es posible, todo el mundo aquí cagándose por saber quién es Castaneda, y él está aquí presente... y no lo sabíamos más que dos o tres. Recuerdo que todavía me bajé de la mesa, fui, le di un abrazo, y me dijo: ´¡qué bárbaro, cuántas pendejadas dijiste! , así que le pedí que subiera al escenario. ´¡No, ni madres! , me contestó, con esa risa tan suya...".


(José Agustín sobre Carlos Castaneda)

sábado, 20 de marzo de 2010

Más paradigmas



La imagen es otro de los resultados al buscar "paradigmas". Este resultado, consciente, surgió luego de otro casual producido ayer. Entonces rastreaba cierto dato cuando caí en la página de "Paradigmas", el programa de Mercedes Zúñiga que va por FM Galas los sábados a la mañana. Entré a curiosear un poco y descubrí, con sorpresa y alegría, una generosa reseña sobre mí, entre las propias de otros invitados. Asimismo, subieron los audios de varias entrevistas.

Hoy quiero devolver la gentileza a Mercedes y su equipo. En los sitios amigos del Jardín ya podés encontrar el enlace al blog. Y acá también: http://paradigmasradio.blogspot.com/.

A ellos, ¡Gracias!

jueves, 18 de marzo de 2010

Ayer y hoy...


...sendas notas en La Mañana de Cipolletti. Ayer un anticipo de la publicada hoy jueves.

No recuerdo si lo dije alguna vez, pero en todo caso no está de más repetirlo. Desde siempre, La Mañana ha sido uno de los medios regionales más accesibles y generosos para el escritor de estos pagos, y conste que no es demagogia ni un elogio oportunista nacido en medio del ruido y la furia actuales. Hace bastante que puedo dar fe de esto. De mi parte y, atrevimiento mediante, de mis colegas de oficio, un Gracias grandote para todo el staff.

Y ya que estamos en este tren, un aviso parroquial: mañana en horas matutinas a lo mejor sale algo por LU19.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Feliz




Todavía no lo asimilo del todo. Por eso, mejor copio y pego:


"Viedma, 15 de Marzo de 2010.-

Al Señor
Matías Stiep
PRESENTE

Por medio de la presente, tengo el agrado de dirigirme a UD. a efectos de informarle que el Jurado del género novela de las convocatorias para escritores 2009, compuesto por los Sres. Gastón Gallo, José Amicola y Alberto Laiseca, ha seleccionado su obra “Yo el pájaro y el cielo”, en primer lugar del orden de mérito. Por este motivo, le comunicamos que su obra será objeto de una publicación individual en el transcurso de este año, a través del Fondo Editorial Rionegrino. Asimismo, aprovecho la oportunidad para felicitarlo por el premio obtenido.

Sin más, saluda a UD muy ATTE.


Dr. Armando Gentili
Subsecretario de Cultura
Gobierno de Río Negro

viernes, 12 de marzo de 2010

Insaciable necesidad



Hace poco tiempo me fue dado, por equis causa, presenciar en primerísimo plano el desastre subsiguiente a un choque en una ruta. Un impacto pleno, de frente. Bajo el mediodía denso, entre las trizas, dos autos que ya no eran tales y la pelea de los bomberos por abrir el amasijo. Luego, finalmente abierto, compuerta que derramó el cuerpo laxo, tan blando. Algunos médicos iban y venían, con parsimonia justificada. Llamadas perdidas en un celular. Un manchón de sangre en un asiento, moscas zumbando encima y alrededor. Basta convocar al recuerdo para escucharlas todavía.

Tema tristemente argentino. No por nada lo llaman epidemia, empezando por la estadística. Para peor basta un ratito en cualquier calle o ruta para ver lo lejos que estamos de curarnos.

Empero, y aun cuando suene extraño ante su sofisticación, los suecos también supieron padecer este mismo flagelo algunas décadas atrás. Entre aquello y ésto sólo cambia el inescindible bosque circundante y el sol blancuzco de escarcha. Después, la misma devastación, el mismo silencio exceptuado por las moscas, los murmullos, los pedacitos de vidrio bajo los pies. El mismo desgarramiento acechando a los que esperan en casa.

Ellos, hijos de una tierra tan hermosa como implacable, habrán cosechado de ella la determinación, necesaria para resistirla y domesticarla; a la sombra helada de esas noches infinitas habrán templado el carácter, desarrollado serenidad para derrotar problemas. Porque los suecos, además de todos los paliativos usuales, recurrieron a una herramienta tan original como determinante. Su gobierno tomó en serio el problema y lo atacó con todo. Publicidad agresiva, estructuras viales especialmente diseñadas, y aquella herramienta: hizo un llamado a los artistas del país para que, creando, colaboren con la causa.

Uno de ellos, Stig Dagerman, por entonces escritor de predicamento en la patria de Odín, respondió con un cuento hermoso y terrible. No es común la estructura utilizada: revelar la tragedia desde el mismo arranque y reiterarla, usándola como aguijón, ganando volumen con la angustia que va inoculando en dosis crecientes, adquiriendo una intensidad extraña, demoledora, leal a la campaña de salvataje. Lo llamó, sin piedad, "Matar a un niño", y dice así.

martes, 9 de marzo de 2010

Dieciseis



Quién pudiera morderte lentamente
como a una fruta amarga en la corteza.
Quién pudiera dormir en tu aspereza
como el día en la sierra del poniente.

Quién pudiera rendir la hastiada frente
contra el duro confín de tu belleza,
y arrostrar sonriendo la tristeza,
rota la paz y el paso indiferente.

Quién pudiera, mi amor, la alborotada
resistencia del alma distraída
conducir a tu parva apaciguada.

Quién pudiera ostentar, como una brida,
el arco iris sin par de tu mirada
desde tu luz a mi negror caída.


(Quién pudiera morderte lentamente..., de Antonio Gala)

viernes, 5 de marzo de 2010

Sorpresa



Día luminoso, a fuerza de lindas noticias. Especialmente, ese llamado telefónico. Sorpresa, feliz incredulidad, y ahora una bufonesca vacilación que va carcomiendo lo que estoy (casi) seguro de haber escuchado. Como sea, prefiero esperar a la confirmación escrita para contar de qué se trata. Y, de paso, volvemos a aquel trajinado tópico del enigma y las escondidas.

Hasta hoy a la mañana pensaba en abordar cierto tema y su respectivo cuento, pero ahora vaya que ha cambiado el panorama. Por eso, aún estupefacto, apelo a esto para salvar la entrada y darme aire.