miércoles, 9 de diciembre de 2009

Trece



El río avanza, mansamente, abriendo la noche. Las estrellas, desnudas, tiemblan en el agua. El río traza una línea de rumor en el silencio.

He abandonado mi barca al capricho de las aguas. Tendido cara al cielo pienso en ti que duermes, extraviada entre los sueños.

Tal vez ahora me sueñes, amor mío de nocturnos, húmedos ojos estrellados.

Pronto mi barca ha de pasar frente a tu casa, amor mío, extendida en tu sueño como un río. Talvez por mí palpite tu dormida boca entreabierta.

Llega una ráfaga de fruta y de jazmín. Este viento ha pasado por tu casa y en él toco tu sueño y aspiro tu aroma y beso tu boca, amor mío que tal vez ahora andas conmigo, en un jardín, por tu sueño. Detrás de tu oreja, entre los cabellos, húmedos del baño todavía, arde un jazmín, en tu sueño.

Dame la mano y mírame a los ojos, en tu sueño, amor mío, y suavemente, arrástrame al círculo mágico en que ahora, dormida, sonríes.

Ya veo, entre la sombra de la orilla, una lucecita que me mira con amoroso parpadeo. Es tu casa: para mí la más dulce, la más cercana y lejana de las estrellas, amor mío.


(Rabindranath Tagore)

2 comentarios:

Mel dijo...

Es para morir de amor!
Me encanta, muy dulce :)

Te amo mi vida.

Matías dijo...

No por nada le dieron el Nobel jeje


Sabés que yo también y mucho!