sábado, 24 de septiembre de 2011

Para no olvidar




"(...) Me acuerdo. Hace un año. Era un sábado, a las dos de la madrugada. Recuerdo que estaba triste y entré en un prostíbulo. La sala llena de gente que esperaba turno. De pronto la puerta del dormitorio se abrió apareciendo la mujer... imagínese usted... una carita redonda de chica de dieciséis años... ojos celestes y una sonrisa de colegiala. Estaba envuelta en un tapado verde y era más bien alta... pero su carita era la de una colegiala... Ella miró en redor... ya era tarde; un negro espantoso con labios de carbón, se levantó, y entonces ella, que nos había envuelto a todos en una promesa, retrocedió triste hacia el dormitorio, bajo la dura mirada de la regenta.

Erdosain se detuvo un momento, luego, con voz más pura y lenta, continuó.

- Créame... es muy vergonzoso esperar en un prostíbulo. Nunca se siente uno más triste que allí adentro, rodeado de caras pálidas que quieren esconder con sonrisas falsas, huídas, la terrible urgencia carnal. Y hay algo más humillante... no se sabe lo que es... pero el tiempo corre en las orejas, mientras el oído afinado escucha el crujir de una cama allí adentro, luego, un silencio, más tarde el ruido del lavado... pero antes de que nadie ocupara el sitio del negro, dejé mi silla y fui a la otra. Esperaba con el corazón dando grandes golpes, y cuando ella apareció en el umbral yo me levanté.

- Siempre eso... uno tras otro.

- Me levanté y entré, otra vez la puerta se cerró; dejé el dinero encima del lavatorio, y cuando ella iba a entreabrir su batón, yo la tomé de un brazo y le dije: "No, yo no he entrado para acostarme con vos".

Ahora la voz de Erdosain había adquirido una fluidez vibrante.

- Ella me miró y seguramente lo primero que pensó fue si yo no sería algún vicioso; mas mirándola seriamente, créame, estaba conmovido, le dije: "Mirá, entré porque me dabas lástima". Ahora nos habíamos sentado junto a la consola de un espejo dorado, y ella, con su carita de colegiala, me examinaba gravemente. ¡Me acuerdo ! ... Como si fuera ahora. Le dije: "Sí, me dabas lástima. Yo ya sé que ganarás dos o tres mil pesos mensuales... y que hay familias que se darían por felices con tener lo que vos tirás en zapatos... ya lo sé... pero me diste lástima, una lástima enorme, viendo todo lo lindo que ultrajás en vos". Ella me miraba en silencio, pero yo no tenía olor a vino. "Entonces pensé... se me ocurrió en seguida de que entró el negro, dejarte un recuerdo lindo... y el más lindo recuerdo que se me ocurrió dejarte fue éste... entrar y no tocarte... y vos después te acordarás siempre de este gesto". Fíjese que en tanto yo hablaba, el batón de la prostituta se había entreabierto sobre los senos, mientras que sobre la pierna cruzada se... de pronto ella, al mirarse en el espejo se dio cuenta y apresuradamente bajó el vestido sobre sus rodillas, cerrándose el escote. Ese gesto me dio una impresión extraña... ella me miraba sin decir palabra... vaya a saber lo que pensaba... de pronto la regenta golpeó con el nudillo de los dedos en la puerta, ella miró en esa dirección con afligimiento, luego su carita se volvió hacia mí... me miró un momento... se levantó... tomó los cinco pesos y forcejeando los entró en mi bolsillo al tiempo que decía: "No vengas más porque si no te hago echar por el portero". Estábamos de pie... yo ya iba a salir por la otra puerta, y de pronto, con la mirada fija en la mía, sentí que sus brazos se anudaban en mi cuello... me miró todavía a los ojos y me besó en la boca...¡qué le diré yo a usted de ese beso! ... pasó su mano por mi frente y cuando ya estaba en el umbral, me dijo: "Adiós, hombre noble".

- ¿Y usted no volvió más?

- No, pero tengo la esperanza de que algún día nos encontremos... vaya a saber en dónde, pero ella, Lucién, no se olvidará nunca de mí. Pasarán los tiempos, rodará por los prostíbulos más miserables... se volverá monstruosa... pero yo siempre estaré en ella como me lo había propuesto, como el recuerdo más precioso de su vida."


(fragmento de Los siete locos, de Roberto Arlt)

8 comentarios:

silvia zappia dijo...

no recordaba este fragmento...ahora no voy a olvidarlo.

un beso*

Maritza dijo...

Buenísimo.
Excelente recopilación.

Abrazos.

Crista de Arco dijo...

Sin dudas un hombre noble.

¿Qué decir de Arlt? Que es uno de mis escritores preferidos y que me representa muchísimo. Nadie como él, a la hora de hablar de apartados, marginales y raros...

Un beso o 2 #

Recomenzar dijo...

increible tu texto

Anónimo dijo...

Buen fragmento. Tampoco lo recordaba, gracias por compartirlo.

Saludos

mario skan dijo...

Hola Matías: no leí Los siete locos es una cuenta pendiente.
Saludos enormes por haber participado en la jornada de lectura de la escuela, había chicos que estaban interesados.
Te sigo leyendo. Bibliotecario del 15

Luna dijo...

Y yo analfabeta literaria...Ahora tendré que leer a R, Arlt.

Saludos muchos, Matías, Que pases lindo domingo.

Matías dijo...

Tarde pero seguro:

Rayuela: Uno de los tantísimos instantes felices de Arlt. Talento puro, con justicia inmortal. Gracias por pasar. Beso!

Maritza: Exactamente! palabras justas. Gracias y Beso!

Eleanor: Uno de nuestros mejores exponentes de todos los tiempos, que duda cabe. La inmortalidad ha hecho justicia con él, por suerte. Gracias! besote

Recomenzar: bueno, ojalá pudiera escribir así! jaja. Creo que todos anhelamos esa potencia, esa fuerza de vendaval que Arlt descerraja en cada párrafo. Beso.

Horacio: De nada chamigo. Un abrazo!

Mario skan: Gracias a ustedes por invitarme. Sí, me consta, sentí ese interés en algunos. Con eso me voy contento. Un abrazo y gracias de nuevo.

Luna: Hay tanto para leer! no nos alcanzaría la vida. Seguramente Arlt te va a gustar. Mostrar nuevos atajos entre la frondosidad de este mundo de libros nunca deja de ser gratificante. Besos