domingo, 17 de octubre de 2010

Declive




De golpe se postergó el cierre de la Feria del Libro de Cipolletti, que ahora será el próximo domingo 24 (este lunes estará cerrada). Lo que puede la bronca de los expositores.

El devenir del evento decepciona. En principio las expectativas eran buenas, dado el regreso a un espacio cerrado, amplio, a la altura de la circunstancia, por suerte ya descartado aquel globerío infame. Pero hasta ahora ha ido poca, muy poca gente. Un síntoma. Basta recordar cómo reventaban de público las ediciones anteriores para advertir que algo grueso está fallando.

Creo que prefiero no hablar más del tema. Por decir algo, me irrita pero sobre todo me entristece que, habiendo tantos escritores nacionales de fuste como para invitar, se insista con traer como figuritas a mediáticos de la televisión, como ser un modisto (en la anterior), o ahora un periodista de chimentos. Dicho con todo el respeto que me puedan merecer, claro, pero sucede que esto es (al menos en teoría) una Feria del Libro. De hecho, eso mismo reza el cartel fijado encima de los portones de acceso. Pero en vez de escritores se trae a personajes extraños a las letras, que sólo pusieron la firma y la cara a un libro escrito por otro, por un ghostwriter. De Literatura, cero.
Naturalmente, la culpa no es de ellos: los fueron a buscar. Quienes los invitaron podrán alegar arrastre, poder de convocatoria; mientras, los dedos bailoteando en la calculadora, la media sonrisa, un brillito en la mirada, porque sus cuentas les cierran. Supongo que de ahí la insistencia con esas invitaciones casi exóticas, que traslucen un rumbo, una política. Tristemente, tienen algo de razón: Hubo cuadras de cola para ver al modisto, y el chimentero se paseó rodeado por un enjambre de adulación, como Borges debió haberlo hecho tantas veces en la Feria de Buenos Aires. Pregunto: si esta realidad impresiona, desagrada, asquea, ¿para qué está la Cultura entonces, si no es para enderezarla, reconvertirla, transformarla? 

Parece broma que la figura central de una Feria del Libro sea un periodista que cubre la farándula. Se pudo escuchar claramente en todo el predio cuando lo presentaron, parafraseando el nombre de su programa, como "un Intruso". Nunca una palabra fue tan justa.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Coincido. Es muy pobre el nivel de la feria, quizás, justamente, porque se priorizó a la farándula. Y se nota, en la poca gente que está asistiendo. Es una pena, de verdad.

Abrazo

Matías dijo...

Es triste, se está rifando el prestigio que el evento logró a lo largo de estos años. Llegó a ser la feria literaria más importante de la Patagonia y tenía repercusión en medios gráficos de Capital.
Espero que aún no sea demasiado tarde para que la organización enderece el timón de este barco...

florchu dijo...

No entiendo mucho de esto, pero cuando crezca el mundo va a ser un caos.

Matías dijo...

No te preocupes que ya es un caos... y te está esperando!