jueves, 9 de diciembre de 2010

Veinticinco



En cada palabra latirá siempre el anhelo incansable de un roce tuyo: tu piel con ritmo de mariposa, de tarde que se duerme.

En cada párrafo respiran a cada momento las melodías de tu mirar. Tu boca de trópico remontando constelaciones, bailando como tormenta.  

En cada página, sí, definitivamente, te busco y te encuentro. Por eso este oficio, esta sed.

No hay comentarios.: