miércoles, 26 de septiembre de 2007

Donde me lleve el viento...

Desapareceré por algunos días. El viento me invita a otras latitudes y esta vez acepté el convite.

Pero hoy no vamos a hablar de mí. O no del todo. Porque se trata de uno de los libros más luminosos que leí y con el que me une una historia especial. Hablo de "El Principito", de Saint-Exupery.

Ese libro que ahora tengo en mis manos resultó el primero que me regalaron. Por entonces ni siquiera había nacido, todo era promesa. Las primeras lecturas habrán sido en las postrimerías de los ochenta, una vez adquiridos los rudimentos necesarios en la escuela primaria. Por entonces, la navegación en esas aguas tropicales fue, lógica y necesariamente, superficial. A la distancia, no sabría decir si fue también el primer libro que leí, aunque me gusta pensarlo así, como una probabilidad cálida, casi mágica. Después de todo, desde los primeros tiempos solía ojear sus páginas para embargarme con el trazo simple y puro, como de brisa, de las ilustraciones del autor; no sería raro entonces que hubiera acudido otra vez a él, esta vez con los medios para empezar a explorar ese bosque encantado.

Con los años entendería que ese libro infantil no era tan infantil. Que más allá de la frescura de dibujos y prosa, había algo más. Algo que recuerda a una frase, feliz y melancólica, del Hombrecito: "Las estrellas brillan, por una flor que no se ve...".

Capote hablaba de la "música" de las palabras. Y música es lo que resuena, lejano y sutil, cuando uno se desliza por las páginas de este libro. Una melodía dulce, que embriaga y arropa, como de arpa.


Bueno, basta de prólogo empalagoso. Te dejo con el capítulo XXIV de este maravilloso libro. Para leerlo hacé click acá.

¡Hasta pronto!

2 comentarios:

Diluvio dijo...

Donde te lleve el viento puede interpretarse que faltan objetivos, ganas de encontrarle el rumbo.
Que mala onda. no?

Matías dijo...

jaja en realidad quise metaforizar que viajaba por un par de dias..
Otra que el payaso mala onda.. :P