sábado, 6 de febrero de 2010

Acerca de un Esc.



Muchas horas, pocas baterías. Me saca del brete un inefable vasco, Ibargüengoitía:

“Un ingeniero se pone Ing. antes del nombre, y cuando su mujer llega a la casa, le pregunta a la criada:
–¿Ya llegó el ingeniero?“
Ninguna esposa de escritor le ha preguntado nunca a ninguna criada si ya llegó el Escritor. Entre otras cosas, porque lo más probable es que no tenía criada, y porque sabe que su marido no ha salido; está en su cuarto, frente a la máquina, devanándose los sesos.
“Un Lic., un Arq., un Ing., antes del nombre, o un CTP después, son signo de que alguien se ha pasado años leyendo libros que nadie leería motu propio. ¿Pero nosotros? Para escribir novelas no se necesita más que leer novelas, que, después de todo, se supone que la gente lee por gusto. Así que además de parásitos superfluos somos hedonistas”.

No hay comentarios.: