"¿Cómo llamar a un momento que dura menos de un momento pero va a cambiar una vida? Fatum es fatuo. Destino es cuando una fuerza irresistible tropieza con el objeto inmóvil que eres."
imaginaba el destino como algo estático, una especie de imán potente con un gran campo magnético alrededor. Y nosotros atraídos irremisiblemente hacia él.
Es una muy buena reflexión: Creo que es un instante tan lindo como para cambiar una vida, un flechazo prodigioso que llega como flash!... Que tiene la suficiente fuerza para despabilar el cuerpo o la mente inmóvil.
A veces el destino nos depara casualidades hermosas... y nosotros ignoramos ese poder que se puede traducir en hechos, que también a veces dejamos pasar de largo el tren que ya no volverá a pasar.
Gracias por todo, por lo que nos dejas aquí que siempre es un deleite leer, y por pasar por mi puerto marinero.
Aunque yo no publique, no quiero perder la amistad que he conseguido a lo largo de un tiempo con todos vosotros, sois maravillosos. Pasaré poco a poco a visitaros. Desde mi refugio de descanso, un abrazo desde el alma. Se muy feliz.
Espinas, pétalos, estatuas inquietantes, sombras, colores, perfume, música: he ahí los ingredientes de este Jardín. Yo, el jardinero, me llamo Matías Stiep. Oriundo de y en Cipolletti (al costado de la confluencia donde nace el río Negro, sobre el lado homónimo, en el sur donde retumbaron el malón y los estampidos del Remington), a partir del 1 de Septiembre de 1981. Trabajo y escribo, en esto menos y peor de lo que quisiera. En el berretín de la escritura arranqué allá por 1998, a los 17 años, puerta abierta por una profesora de literatura. Desde entonces aprendí dos o tres cosas sobre el oficio de escribir, ligué algún premio, y también tuve la oportunidad de publicar dos libros. El primero se llama Estrellas Blancas, y se editó en el 2001. El segundo, Yo el pájaro y el cielo, obtuvo el Primer Premio en Novela 2009 de la Subsecretaría de Cultura de Río Negro, y el Fondo Editorial Rionegrino lo publicó al año siguiente.
Estoy, inesperado y subrepticio, en algún lugar de este jardín.
5 comentarios:
imaginaba el destino como algo estático, una especie de imán potente con un gran campo magnético alrededor. Y nosotros atraídos irremisiblemente hacia él.
Un saludo Matías!
Yo a eso le llamo la magia de la vida...
:)
Besos.
Zavala: yo creo que a veces el destino se mueve, se nos abalanza incluso; y otras veces nos espera, calmo y seguro. Un abrazo.
Marinel: Y yo concuerdo con vos, amiga. Besos!
El destino...somos nosotros mismos, creo.
Y como somos, te cuento algo "destinal":
Configuración. Entradas y Comentarios. Mostrar verificación de palabras. Tildar Si.
Saludotes!!!
Luna.
¡Hola Matías!
Es una muy buena reflexión: Creo que es un instante tan lindo como para cambiar una vida, un flechazo prodigioso que llega como flash!...
Que tiene la suficiente fuerza para despabilar el cuerpo o la mente inmóvil.
A veces el destino nos depara casualidades hermosas... y nosotros ignoramos ese poder que se puede traducir en hechos, que también a veces dejamos pasar de largo el tren que ya no volverá a pasar.
Gracias por todo, por lo que nos dejas aquí que siempre es un deleite leer, y por pasar por mi puerto marinero.
Aunque yo no publique, no quiero perder la amistad que he conseguido a lo largo de un tiempo con todos vosotros, sois maravillosos.
Pasaré poco a poco a visitaros.
Desde mi refugio de descanso, un abrazo desde el alma.
Se muy feliz.
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