
miércoles, 28 de abril de 2010
Allá

viernes, 23 de abril de 2010
De perlas

sábado, 17 de abril de 2010
Malabarista
Jamás participó de concursos literarios: ninguna medalla o cucarda iluminan su pecho; nunca fue amigo de los encuentros, congresos, talleres, seminarios o charlas invocadas en nombre de la literatura; no hay en su haber diploma alguno que colgar en la pared.
Nunca recurrió a la experiencia lisérgica, mística, mágica, hipnótica, religiosa, política o social para elaborar sus escritos; dice que sólo mira alrededor y escribe para que el dolor lo deje en paz; se autodefine egoísta.
Su primer libro fue editado por la infatigable insistencia de aquellos que conocen sus textos; por tanto, él asegura que se desprende de lo que dijo, o de lo que no dijo.
Dice que les manda un afectuoso saludo.
Por mi parte, nada más.”
viernes, 9 de abril de 2010
Diecisiete

viernes, 2 de abril de 2010
2 de abril

Les tocó en suerte una época extraña. El planeta había sido parcelado en distintos países, cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pasado sin duda heroico, de derechos, de agravios, de una mitología peculiar, de próceres de bronce, de aniversarios, de demagogos y de símbolos.
Esa división, cara a los cartógrafos, auspiciaba las guerras. López había nacido en la ciudad junto al río inmóvil; Ward en la ciudad por la que caminó Father Brown. Había estudiado castellano para leer El Quijote.
El otro profesaba el amor de Conrad, que le había sido revelado en un aula de la calle Viamonte. Hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara, en unas islas demasiado famosas, y cada uno de los dos fue Caín, y cada uno, Abel.
Los enterraron juntos. La nieve y la corrupción los conocen.
El hecho que refiero pasó en un tiempo que no podemos entender.
jueves, 1 de abril de 2010
Canción otoñal
