Todos los imperios caen.
lunes, 29 de junio de 2009
sábado, 27 de junio de 2009
Legio Victrix
Tiránico, el tiempo. Pareciera tener la mentalidad de un emperador romano; los minutos, su Legión Victoriosa marchando. Ahora corro, sin parar de correr ni de sentir el retumbar implacable de esos pasos acercándose, y por eso hoy seremos breves. Malditos exámenes finales.
En fin, hace poco releía un cuento de Sáenz, irreverente, heredero nacional de los Poetas Malditos franceses, demonio genial, genio endemoniado: éste mismo. Tiene relación con otro que compartimos alguna vez. Espero sean de tu agrado.
sábado, 20 de junio de 2009
Algo
Más que tarde, pero sin falta. Mañana...no, mejor dicho hoy, se presenta el nuevo libro de nuestro colega Ramón Oliva. Será en la Biblioteca "Bernardino Rivadavia" de Cipolletti, a las 19 horas. Y no sólo eso, sino que también es el día de su cumpleaños. Así que ahí estaremos. Desde luego, estás invitado/a.
En otro orden de cosas, recién encontré por azar un ensayito sobre Borges (sujeto de la entrada anterior), que revela curiosidades de su vida: su irreal enfrentamiento con Arlt; su verdadera y traumática enemistad con Girondo. Literaria primero y luego también personal, cuando entre ambos medió fatalmente una mujer. Y de cómo murió y nació a través de ese dolor inextinguible.
La hora apremia. Por hoy es todo.
sábado, 13 de junio de 2009
Feliz día
Para toda esta peculiar especie. Los consagrados, los aspirantes, aprendices que venimos allá atrás. A todos nos hermana la fecha, curioso cuando hablamos del "oficio más solitario del mundo".
Y si bien la conmemoración tiene que ver con Lugones, creo que "El Escritor" no es otro que Borges, quien casualmente murió un 14 de junio. Razones, habrá muchas. Que rozó el Nobel, más cerca que cualquier otro compatriota; que supo construir una mitología propia, extraña y misteriosa; que fue el primero de los lectores, el fiel amante de las bibliotecas, su rastro en todas las páginas que existen. Aun quienes lo defenestran por cuestiones personales deben hacer silencio cuando se llega a sus aptitudes literarias. Se ha cuestionado a todos: Cortázar, Soriano, Bioy, y demases. Sólo él se mantiene intocable, allá, en la lejanía de su sepulcro. ¿Que no? ¿Subsisten objeciones? Bueno, en ese caso recuerdo las palabras de Sábato: "De Borges hay que quedarse con lo bueno". Es decir, su escritura, sus poemas. Y sus cuentos, como éste que tenemos hoy.
Feliz día para todos nosotros, los condenados a este agobiante y milagroso oficio.
martes, 9 de junio de 2009
Siete
De noche, amada, amarra tu corazón al mío
y que ellos en el sueño derroten las tinieblas
como un doble tambor combatiendo en el bosque
contra el espeso muro de las hojas mojadas.
Nocturna travesía, brasa negra del sueño
interceptando el hilo de las uvas terrestres
con la puntualidad de un tren descabellado
que sombra y piedras frías sin cesar arrastrara.
Por eso, amor, amárrame el movimiento puro,
a la tenacidad que en tu pecho golpea
con las alas de un cisne sumergido,
para que a las preguntas estrelladas del cielo
responda nuestro sueño con una sola llave,
con una sola puerta cerrada por la sombra.
(Pablo Neruda)
sábado, 6 de junio de 2009
La Catedral del Mar
Fue temido desde siempre. Por antonomasia escenario de tragedias, el mar mantiene una relación contradictoria con los hombres, amos del escaso suelo firme que hay en el planeta. Misterioso, temido por eso mismo, recibió ofrendas de pueblos antiguos para aplacar la furia de Poseidón; también fue hogar para todo tipo de monstruos, como el legendario Kraken escandinavo o el esquivo calamar gigante, del que hasta hoy sólo se pudieron recuperar algunos pocos restos y las cicatrices que dejó en cadáveres de cachalote, sugerencia de terribles combates.
A esta altura, lo del Titanic es un lugar común, especialmente luego de la película. Pero no hay luz sobre todo lo relacionado con el naufragio ocurrido en 1912. Puntualmente, catorce años antes, con la publicación del libro "Futilidad". Su autor es Morgan Robertson, hoy olvidado pero entonces con cierta reputación como escritor de historias marinas. Cuando el Titanic no existía ni siquiera como un boceto en un plano, Robertson quiso retratar la altanería del hombre y su derrota ante el destino implacable con el relato del "transatlántico más grande construido por el hombre", el Titán. En la novela, el Titán es concebido como un barco indestructible que impacta contra un témpano: con el casco rajado y pocos botes salvavidas, se hunde y con él la mayoría de los pasajeros. Si hasta ahora la coincidencia de lo narrado con la realidad posterior parece demasiado, debe decirse que no termina acá. En efecto, es sólo el comienzo. Basta referir las características del ficticio Titán (entre paréntesis, la correspondencia con el Titanic): viaje en abril (10 de abril de 1912); 70.000 toneladas de desplazamiento (60.000); eslora 800 pies (882,5); tres hélices (3); velocidad máxima 24 a 25 nudos (la misma); capacidad máxima 3000 pasajeros (idéntica); 2000 pasajeros a bordo (2230); 24 botes salvavidas (20); 19 compartimientos estancos (15); tres motores (los mismos); rotura del casco a estribor (el mismo lugar). Cabe recordar que "Futilidad" se publicó nueve años antes de que comenzara la construcción del Titanic, entonces absolutamente inexistente.
Es fácil pensar que este autor, quien siempre sindicó el origen de su inspiración en un "colaborador astral", tuvo fama y celebridad luego del desastre. La editorial apostó por eso y reeditó la novela, pero sin éxito. Los lectores prefirieron la sangre fresca en los diarios y no la novela premonitoria de un Robertson que moriría poco después, en 1915, con nada más que cincuenta y cuatro años de edad. Así, el retratista del mar y los naufragios se hundió, él también, en el silencio eterno y negro que comparten las profundidades y el olvido.
martes, 2 de junio de 2009
Otra vez sopa
Hace poco menos de dos años repetía un cuento en particular. ¿El autor? Un marginal de la literatura, un condenado a mirar la tertulia desde afuera, a través de la ventana. Merecimientos no le faltan para entrar por la puerta principal, porque tiene el lenguaje en su poder y es un hábil espadachín con la ironía. Pero no deja de ser un outsider en el mundo de las letras, muchas veces tan afecto no al ser sino al parecer. Quizás sean la demasiada calle y su apología, cierto aire de compadrito que sin embargo no puede o no quiere disimular los vahos tibios de la melancolía, las causas de su proscripción.
Seguramente algún día se hará justicia con Alejandro Dolina, de él se trata. Conductor de ciclos míticos ("Demasiado tarde para lágrimas" y "La venganza será terrible": qué buenos títulos, ¿no?), y autor de un libro del que mucho se habla pero no muchos han leído, lugar común para las grandes obras. De ese volumen, "Crónicas del Ángel Gris", rescato uno de mis cuentos preferidos, al que cuelgo por tercera o cuarta vez. Ciertamente, ya perdí la cuenta.
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